viernes, 10 de septiembre de 2010

EL BAUTISMO BIBLICO

El Bautismo Bíblico - Pan Diario
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús (Nombre de Jesús) hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Romanos 6; 3-4.

El bautismo establecido por Dios en las escrituras, es una figura de la muerte y sepultura.
La palabra bautizar; significa: Inmergir, sepultar, sumergir, enterrar. Cuando se entierra un cadáver, este se deposita en un hoyo (fosa) y luego se cubre con tierra. Posteriormente se le coloca una lápida (piedra) Eso es sepultar. Cuando se habla del bautismo en la biblia, es el mismo proceso pero dentro del agua.

El día que el Señor Jesús fue bautizado, el evangelista San Mateo 3: 16, narra lo siguiente: Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua… Esto quiere decir: que Juan no le derramó el agua en la cabeza, sino que lo sepultó dentro del agua.

Lo mismo sucedió cuando Felipe bautizó al etíope. La narración la hace el doctor Lucas en el libro de los Hechos 8; 38. Y mandó parar el carro; Y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. Queda claro y definido, que el bautismo es sumergiendo al candidato dentro del agua.

Es menester aclarar que para bautizar una persona según el orden establecido por Dios, el que bautiza; debe tener una investidura ministerial. Si la ha perdido; ese bautismo ya no tiene valor delante de Dios.

De igual manera, la persona que al bautizar; derrama el agua con sal en la cabeza del bautizado, ese bautismo tampoco tiene ninguna validez espiritual. La biblia no hace ninguna mención de bautismos para niños, por cuanto Jesús dijo: Dejad los niños venir a mí y no se lo impidáis, porque de ellos es el reino de los cielos.

El bautismo, es entonces, la confirmación de nuestra fe pública en la muerte y resurrección triunfal de Jesús; y de esa manera creemos que hemos muerto al pecado; pero vivimos para Dios en Cristo. El que ha sido bautizado en Cristo (en el nombre de Cristo) de Cristo está revestido. Cuando nos bautizamos en el nombre de Jesucristo; Estamos creyendo que Jesús fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados, que la paga de nuestra paz fue sobre él; Y por su llaga bendita fuimos nosotros curados (de la asquerosa lepra del pecado)
Al practicar el bautismo bíblico, creemos que hemos sido sepultados juntamente con Cristo para muerte. Porque si fuimos plantados (sepultados, bautizados) juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección. V. 5. El que ha muerto (bautizado) ha sido justificado (exonerado, librado, libertado) del pecado. Y si morimos con Cristo (en el bautismo) creemos que también viviremos con él.

Así también vosotros (que habéis sido muertos con Cristo) consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo. V.11.
Ahora! Si el individuo no ha muerto al pecado (por medio del bautismo) tampoco ha sido justificado, y menos resucitado (sigue muerto espiritualmente) quien quiera que sea.

Cuando un criminal permanece vivo, el sumario contra él sigue activo. La policía lo busca, lo persigue; pero si este muere; Su sumario también muere con el: A un cadáver no se le puede sentar en la silla de los acusados y menos hacerle un juicio.
El evangelista San Juan en su capítulo 12; 24. Nos explica esto con la hermosa figura del grano de trigo. De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra (es plantado, sepultado) y muere, queda solo; pero si m muere llevaba mucho fruto.
En otras palabras: Cualquier semilla para vivir, debe morir primero, entonces surge la planta.
Al enterrarse en la tierra, su caparazón protectora se rompe (muere) entonces surge una vida nueva que estaba encerrada en ella. San Marcos 4; 27. La semilla brota y crece sin que el labrador lo entienda, pero en la semilla lleva el precioso fruto de la vida, y esta surge de debajo de la tierra; Primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga.
La muerte del grano se hace imprescindible, porque si no muere, la semilla se pudre y se pierde y no produce nada. La semilla sola no sirve para comer, sino el resultado que surge posterior a su muerte.

El grano de trigo es una hermosa figura de la necesidad de la muerte de Jesús, y con ella la nuestra. Se imagina usted si Jesús no muere que hubiese pasado? Primero: No habría resurrección. Al no haber resurrección nuestra predicación sería una mentira y nuestra fe una falacia. Seriamos tan falsos maestros como los que no han conocido la verdad. El evangelio sería una artimaña un verdadero engaño. Si Jesús no muere y resucita, no se habría cumplido la profecía, entonces Dios y los profetas serían unos mentirosos. Si Jesús no muere y resucita, el diablo sería el líder supremo de este universo; Y nuestro viejo hombre se apoderaría de nosotros, con su naturaleza pecaminosa; destruyéndonos.
Jesús, tenía que morir, para que se cumpliese todo lo que de él estaba escrito. Para llevar muchos hijos a la gloria, para vencer al diablo con su muerte, y a la muerte con su resurrección. La sangre de Cristo fue derramada para comprar con ella la iglesia verdadera. Además era necesario la muerte de Jesús, para la redención nuestra, y el perdón de nuestros pecados.

Si no hay muerte en el bautismo tampoco habrá resurrección espiritual ni física. Entonces se cumplirá lo que dijo el Señor: Me buscareis, y no me hallareis, y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir. San Juan 7; 34.
Él está vivo, y en su resurrección subió por encima de todos los cielos, por encima de todo principado, sobre toda autoridad, sobre todo poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero.

Finalmente, el escritor sagrado, certifica: Porque si fuimos plantados juntamente con él, en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección, sabiendo que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Romanos 6; 5-6.
Una vez sepultados juntamente con Cristo para muerte por el bautismo, Dios nos ofrece una vida nueva, de mucha calidad, vida que no termina; que trasciende más allá de las fronteras del sepulcro; Vida eterna. La invitación es a recibirla, bautizándose en el único nombre que hay para bautizar en el nombre de Jesucristo.

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viernes, 3 de septiembre de 2010

JESUS ES DIOS

JESUS ES DIOS

El Señor les dijo a sus apóstoles en Juan 11;27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre;y nadie conoce al Hijo,sino el Padre,ni el Padre conoce alguno,sino el Hijo,y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.


Nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno,
Príncipe de paz.” Los términos hijo y niño se refieren a la
Encarnación o manifestación del “Dios fuerte” y “Padre
Eterno.”
2. Isaías profetizó que el Mesías se llamaría Emanuel,
Que es, Dios con nosotros (Isaías 7:14; Mateo 1:22-23).
3. Isaías describió al Mesías como un vástago de Isaí
(el padre de David) y también como la raíz de Isaí (Isaías
11:1, 10; véase también Apocalipsis 22:16). Según la
carne El era un descendiente (vástago) de Isaí y David,
pero según Su Espíritu El era su Creador y fuente de vida
(raíz). Jesús usó este concepto para confundir a los
Fariseos cuando El citó el Salmo 110:1 y preguntó, en
esencia, “¿Cómo podía David llamarle al Mesías Señor
cuando el Mesías había de ser el hijo (descendiente) de
David?” (Mateo 22:41-46).
4. Isaías 35:4-6 demuestra que Jesús es Dios: “he aquí
que vuestro Dios . . . vendrá, y os salvará.” Este pasaje
sigue a decir que al venir Dios los ojos de los ciegos se
abrirían, los oidos de los sordos serían abiertos, el cojo
saltaría, y la lengua del mudo hablaría. Jesús aplicó este
pasaje de la Escritura a Sí mismo (Lucas 7:22) y, por
supuesto, Su ministerio produjo todas estas cosas.
5. Isaías 40:3 declara que uno clamaría en el desierto,
“Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la
soledad a nuestro Dios.” Juan el Bautista cumplió esta
profecía cuando él preparó el camino para Jesús (Mateo
3:3); así que Jesús es Jehová y nuestro Dios.
6. Miqueas 5:2 comprueba que el Mesías es Dios.
“Pero tú, Belén Efrata . . . de ti me saldrá el que será
Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio,
desde los días de la eternidad.”
Entonces el Antiguo Testamento claramente afirma
que el Mesías y el Salvador que había de venir sería Dios
mismo.
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El Nuevo Testamento Proclama
Que Jesús es Dios
1. Tomás confesó a Jesús como ambos Señor y Dios
(Juan 20:28).
2. Según Hechos 20:28, la iglesia fue comprada con la
sangre propia de Dios, específicamente la sangre de
Jesús.
3. Pablo describió a Jesús como “nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo” (Tito 2:13).
4. Pedro lo describió como “nuestro Dios y Salvador
Jesucristo” (II Pedro 1:1).
5. Nuestros cuerpos son los templos de Dios (I Corintios
3:16-17), pero sabemos que Cristo mora en nuestros
corazones (Efesios 3:17).
6. El Libro de Colosenses enfatiza fuertemente la deidad
de Cristo. “Porque en él habita corporalmente toda la
plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9; véase también
1:19). Según estos versículos de Escritura, Jesús no es
simplemente una parte de Dios, sino que el total de Dios
es residente en El. Si hubiera varias personas en la Deidad,
según Colosenses 2:9 ellos todos serían residentes
en la forma corporal de Jesús. Nosotros somos completos
en El (Colosenses 2:10). Todo lo que necesitamos de Dios
lo podemos hallar en Jesucristo solamente. (Para más discusión
sobre Colosenses 2:9 y otras pruebas de la deidad
de Cristo en Colosenses, véase el Capítulo IX.)
Concluimos que el Nuevo Testamento atestigua la
plena deidad de Jesucristo.
Dios Fue Manifestado en la Carne como Jesús
La declaración que Jesús es Dios necesariamente
implica que Dios tomó sobre sí carne humana. Esto es de
hecho lo que la Biblia dice.
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1. “Dios fue manifestado en carne, justificado en el
Espiritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles,
créido en el mundo, recibido arriba en gloria” (I Timoteo
3:16; véase el versículo 15 para confirmación adicional
de que Dios es el tema del versículo 16). Dios fue manifestado
(hecho visible) en carne; Dios fue justificado
(demostrado como justo) en el Espíritu; Dios fue visto de
ángeles; Dios fue creido en el mundo; y Dios fue recibido
arriba en gloria. ¿Cómo y cuándo sucedió todo esto? En
Jesucristo.
2. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con
Dios, y el Verbo era Dios . . . Y aquel Verbo fue hecho
carne . . .” (Juan 1:1, 14). Literalmente, el Verbo (Dios)
fue entabernaculizado en carne. ¿Cuándo se entabernaculizó
o se vistió Dios en carne? En Jesucristo. Ambos versículos
de Escritura prueban que Jesús es Dios—que El
es Dios manifestado (revelado, dado a conocer, hecho evidente,
desplegado, demostrado) en carne.
Dios es un Espíritu—sin carne y sangre e invisible al
hombre. A fin de hacerse visible al hombre y a fin de derramar
sangre inocente para nuestros pecados, El tuvo
que ponerse carne. (Para más sobre los propósitos del
Hijo, véase el Capítulo V. ) Jesús no es otro Dios o una
parte de Dios, sino que El es el Dios del Antiguo Testamento
vestido en carne. El es el Padre; El es Jehová quien
vino en carne para unir la brecha entre el hombre y Dios
que el pecado del hombre había creado. El se puso carne
como un hombre se pone un abrigo.
Muchos versículos de la Escritura declaran que Jesucristo
es el Dios del Antiguo Testamento vestido en carne
con el propósito de la autorrevelación y la reconciliación.
3. “Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo
al mundo” (II Corintios 5:19).
4. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que
está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer
[declarado, revelado (Juan 1:18
62
.
5. “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas
maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en
estos postreros días nos ha hablado por el Hijo . . . siendo
el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia
. . .” (Hebreos 1:1-3).
6. Jesús es “la imagen del Dios invisible” (Colosenses
1:15; II Corintios 4:4).
7. El es Dios cubierto con un velo de carne (Hebreos
10:20). Como Abraham profetizó, probablemente sin
comprender el significado pleno de sus propias palabras,
“Dios se proveerá de cordero” (Génesis 22:8). Dios desde
luego proveyó un cuerpo para Sí mismo: “Sacrificio y
ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo” (Hebreos
10:5).
8. Jesús era el constructor de la casa (Dios Padre y
Creador) y también un hijo sobre su propia casa (Hebreos
3:3-6).
9. El vino a Su propia creación y a Su propio pueblo
escogido pero ellos no le reconocieron ni lo recibieron
(Juan 1:10-11).
El Verbo
Juan 1 enseña de una manera hermosa el concepto
de Dios manifestado en la carne. En el principio era el
Verbo (griego, Logos). El Verbo no era una persona
aparte o un dios aparte, tal como la palabra de un hombre
no es una persona aparte de él. Más bien el Verbo era
el pensamiento, el plan, o la mente de Dios. El Verbo
estaba con Dios en el principio y realmente era Dios
mismo (Juan 1:1). La Encarnación existía en la mente de
Dios antes que el mundo comenzó. Desde luego, en la
mente de Dios el Cordero fue inmolado antes de la fundación
del mundo (I Pedro 1:19-20; Apocalipsis 13:8).
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En el uso griego, logos puede significar la expresión o
el plan como existe en la mente del pregonero—como un
drama en la mente de un dramaturgo—o puede significar
el pensamiento como proferido o de otra manera físicamente
expresado—como un papel que se juega sobre el
escenario. Juan 1 dice que el Logos existía en la mente de
Dios desde el principio del tiempo. Cuando llegó el
cumplimiento del tiempo, Dios puso aquel plano en
acción. El puso carne sobre aquel plan en forma del hombre
Jesucristo. El Logos es Dios expresado. Como dice
John Miller, el Logos es “Dios expresándose a Sí mismo.”1
Actualmente, La Biblia Amplificada (inglés) traduce la
última frase de Juan 1:1 así: “El Verbo era Dios mismo.”
Flanders y Cresson dicen, “El Verbo era el medio de divulgación
propia de Dios.” 2 Este pensamiento es ilustrado a
más profundidad por el versículo 14, que dice que el
Verbo encarnado tuvo gloria como del unigénito del
Padre, y por el versículo 18, que dice que el Hijo ha dado
a conocer al Padre.
En la filosofía griega, el Logos llegó a significar razón
o sabiduría como el principio controlador del universo.
En el día de Juan, algunos filósofos griegos y teólogos
judíos influidos por el pensamiento griego (especialmente
el filósofo judío, Filo de Alejandría) le observaban al
Logos como una deidad secundaria inferior o como una
emanación de Dios en el tiempo.3 Algunas herejías cristianas,
incluyendo una forma emergente del gnosticismo,
ya estaban incorporando estas teorías en sus doctrinas, y
por lo tanto relegándole a Jesús a un papel inferior. Juan
deliberadamente usó su propia terminología para contraprobar
estas doctrinas y para declarar la verdad. El
Verbo no era inferior a Dios; era Dios (Juan 1:1). El
Verbo no emanó de Dios a través de un periodo de tiempo;
estuvo con Dios en el principio (Juan 1:1-2). Jesucristo,
el Hijo de Dios, no era otro que el Verbo, o Dios,
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dado a conocer en la carne. Anote también que la palabra
griega pros, traducida “con” en el versículo 1, es la misma
palabra traducida “en lo que a . . . se refiere” en Hebreos
2:17 y 5:1. Juan 1:1 podría incluir en sus significados,
por lo tanto, lo siguiente: “El Verbo se refería a Dios y el
Verbo era Dios,” o, “El Verbo se refería a Dios y era Dios.”
Jesús Era Dios Desde el Principio
De Su Vida Humana
Dios fue manifestado en la carne mediante Jesucristo,
pero ¿a qué punto en Su vida vino Dios a habitar en el
Hijo? La Biblia declara inequívocamente que la plenitud
de Dios estuvo en Jesús desde el momento cuando la vida
humana de Jesús comenzó.
1. Mateo 1:23 dice, “He aquí, una virgen concebirá y
dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que
traducido es: Dios con nosotros.” El era “Dios con
nosotros” aun en su nacimiento.
2. Los ángeles lo adoraron en Su nacimiento (Hebreos
1:6), Simeón reconoció al infante como el Cristo (Lucas
2:26), Ana le vio al bebé como el redentor de Israel
(Lucas 2:38), y los hombres sabios adoraron al niño
pequeño (Mateo 2:11).
3. Miqueas 5:2 atribuyó deidad al Mesías en Su
nacimiento en Belén, y no simplemente después de Su
vida en Nazaret o Su bautismo en el Jordán.
4. Lucas 1:35 explica por qué Jesús era Dios a principios
de Su vida humana. El ángel le dijo a María, “El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser
que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” Jesús nació de
una virgen, Su concepción siendo efectuada por el
Espíritu Santo. Por esa razón (“por lo tanto”), El era el
Hijo de Dios. En otras palabras, Jesús es el Hijo de Dios
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porque Dios, y no un hombre, ocasionó Su concepción.
Dios era literalmente Su Padre. “Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito . . .” (Juan
3:16). Engendrar significa procrear o causar. Jesús fue
engendrado por Dios en la matriz de la virgen María.
Isaías 7:14 también vincula la concepción virginal con
el reconocimiento que el Hijo así nacido sería Dios. En
otras palabras, en el momento de la concepción, Dios puso
Su naturaleza divina en la simiente de la mujer. El niño que
había de nacer recibió su vida y el lado a paternal de su naturaleza
de Dios en aquel momento. Del lado de la madre
recibió la naturaleza humana de María; del lado del padre
(Dios, no José) recibió la naturaleza de Dios. Jesús obtuvo
Su naturaleza divina mediante el proceso de la concepción;
El no llegó a ser divino por algún postrer hecho de Dios. El
nacimiento virginal de Jesús establece Su deidad.
Algunos creen que Jesús recibió la plenitud de Dios
en algún tiempo más tarde en Su vida, como, por ejemplo,
en Su bautismo. Sin embargo, en vista del nacimiento
virginal y de Lucas 1:35 esto no puede ser así. Jesús
recibió Su naturaleza de deidad así como también la naturaleza
de humanidad en la concepción. La descendencia
del Espíritu Santo como una paloma en el bautismo de
Jesús no era un bautismo del Espíritu Santo; Jesús ya
tenía toda la plenitud de Dios dentro de Sí (Colosenses
2:9). Más bien, Su bautismo, entre otras cosas, ocurrió
como una unción simbólica para el principio de Su ministerio
terrenal y como una confirmación a Juan el Bautista
de Su deidad (Juan 1:32-34). (Para más sobre el bautismo
de Jesús véase el Capítulo VIII.)
El Misterio de la Piedad
El hecho que Dios llegó a ser carne es una de las
cosas más maravillosas y, sin embargo, de las más incomprensibles

66 acerca de Dios. “E indiscutiblemente, grande
es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en
carne . . .” (I Timoteo 3:16). Jesús es como ningún otro
hombre que jamás ha sido o será. El tiene dos naturalezas;
El es totalmente Dios y totalmente hombre.
(Véase el Capítulo V. ) La mayoría de los problemas en las
mentes de la gente en lo que concierne a la Deidad
proviene de este gran misterio. Ellos no pueden comprender
la naturaleza dual de Cristo y no pueden separar correctamente
sus dos papeles. No pueden comprender
cómo Dios podría tomar sobre Sí la forma de un bebé y
vivir entre los hombres.
Es cierto que nosotros no podemos comprender totalmente
cómo la concepción milagrosa—la unión de Dios y
hombre—ocurrió en la matriz de María, pero sí podemos
aceptarlo por la fe. De hecho, si nosotros no creemos que
Jesús ha venido en carne tenemos un espíritu de anticristo
(II Juan 7), pero si aceptamos esta doctrina de
Cristo tenemos ambos el Padre y el Hijo (II Juan 9).
Ambos el Padre y el Hijo son revelados en Cristo (Juan
10:30; 14:6-11).
El misterio de Dios en la carne era un gran obstáculo
para los judíos. Ellos nunca pudieron comprender cómo
Jesús, siendo un hombre, podía ser también Dios (Juan
10:33). Porque El afirmó ser Dios, ellos le rechazaron y
buscaron matarle (Juan 5:18; 10:33).
Por esta razón, hasta el día de hoy muchos judíos no
pueden aceptarle a Jesús. En una conversación, un rabí
ortodoxo judío nos declaró que él jamás le podría aceptar
a Jesús como Dios.4 El sentía que ya que Dios es un
Espíritu omnipresente e invisible, El nunca puede ser
visto por el hombre y no puede ser visible en la carne. Su
razonamiento nos hizo recordar a los judíos en el día de
Jesús. Tal como este rabí, ellos trataron de limitar a Dios
por sus propias ideas preconcebidas de cómo Dios
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debería de actuar. Además, ellos no tenían un
conocimiento completo de las Escrituras del Antiguo Testamento
que proclaman la deidad del Mesías.
Aunque es humanamente difícil comprender cómo el
infinito Dios podría morar en la carne, las Escrituras, sin
embargo, declaran que así fue. Le recordamos al rabí de
la manifestación de Dios en forma de un hombre a Abraham
en Génesis 18. El admitió que esto era un problema
para él, pero trató de explicarlo en términos de un
antropomorfismo o lengua figurativa. Entonces hicimos
referencia a otros versículos de la Escritura tal como
Isaías 7:14, 9:6, Jeremías 23:6, y Miqueas 5:2 para
demostrar que el Mesías sería Jehová Dios. El rabí no
tuvo más respuesta que decir que nuestras traducciones
de estos versículos de Escritura posiblemente eran incorrectas.
El prometió estudiarlos a más profundidad.
Nunca ha existido un misterio con respecto a “personas”
en la Deidad. La Biblia claramente afirma que hay
un solo Dios, y esto es fácil de comprender para todos. El
único misterio acerca de la Deidad es cómo Dios podría
venir en la carne, cómo Jesús podría ser ambos Dios y
hombre. Pero la verdad de este misterio ha sido revelada
a aquellos que creyerán. El misterio de Jesucristo ha sido
ocultado desde que el mundo comenzó, pero se dio a
conocer en la edad del Nuevo Testamento (Romanos
16:25-26; Colosenses 1:25-27). Un misterio en el Nuevo
Testamento es simplemente un plan de Dios que no era
entendido en el Antiguo Testamento pero que sí se ha revelado
a nosotros. Nosotros podemos “entender . . . el misterio
de Cristo, misterio que en otras generaciones no se
dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es
revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu”
(Efesios 3:4-5).
Podemos saber el misterio de Dios y el Padre, que es
Cristo (Colosenses 2:2). Actualmente, Pablo explicó este
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misterio diciendo que en Jesucristo mora toda la
sabiduría, el conocimiento, y la plenitud de Dios
(Colosenses 2:3, 9). El misterio de Dios ha sido revelado
a nosotros por el Espíritu de Dios (I Corintios 2:7-10).
Esta revelación nos viene mediante la Palabra de Dios,
que es iluminada por el Espíritu Santo (I Corintios 2:7-
10). La luz de Cristo, quien es la imagen de Dios, ha brillado
en nuestros corazones (II Corintios 4:3-4). No hay
por lo tanto ningún misterio bíblico acerca de la Deidad y
ciertamente ningún misterio acerca del número de personas
en la Deidad. ¡El único misterio es Cristo, y El se ha
revelado a nosotros! El misterio de Dios y el misterio de
Cristo convergen en la Encarnación. Es simplemente que
el único Dios de Israel vino a la tierra en carne. Este misterio
se ha revelado y la Palabra de Dios declara que se
nos ha hecho conocido hoy.
Jesús es el Padre
Si hay un solo Dios y aquel Dios es el Padre
(Malaquías 2:10), y si Jesús es Dios, entonces lógicamente
sigue que Jesús es el Padre. Para aquellos que
piensan que de algún modo Jesús puede ser Dios y
todavía no ser el Padre, ofreceremos comprobación bíblica
adicional de que Jesús es el Padre. Esto servirá de más
evidencia de que Jesús es Dios. Realmente, dos versículos
de Escritura son suficientes para probar este punto.
1. Isaías 9:6 le llama al Hijo el Padre eterno. Jesús es
el Hijo del cual se profetizó y hay un solo Padre
(Malaquías 2:10; Efesios 4:6), entonces Jesús tiene que
ser Dios Padre.
2. Colosenses 2:9 proclama que toda la plenitud de la
Deidad mora en Jesús. La Deidad incluye el papel de
Padre, entonces el Padre tiene que morar en Jesús.
3. Además de estos dos versículos, Jesús mismo
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enseñó que El era el Padre. Una vez, cuando Jesús hablaba
del Padre, los Fariseos preguntaron, “¿Dónde está tu
Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi
Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais”
(Juan 8:19). Jesús siguió a decir, “Por eso os dije
si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis”
(Juan 8:24).
Jesús realmente se estaba identificando a Sí mismo
con el “YO SOY” de Éxodo 3:14. Los judíos, quienes no
comprendían lo que El quería decir, preguntaron, “¿Tú
quién eres?” Jesús contestó, “Lo que desde el principio os
he dicho.” (Juan 8:25). Sin embargo, “pero no
entendieron que les hablaba del Padre” (Juan 8:27). En
otras palabras, Jesús trató de decirles que El era el Padre
y el YO SOY, y que si ellos no le aceptaban como Dios
ellos morirían en sus pecados.
4. En otro lugar Jesús dijo, “Yo y el Padre uno somos”
(Juan 10:30). Algunos tratan de decir que El era uno con
el Padre mucho como un esposo y su esposa son uno o
como dos hombres pueden ser uno en el acuerdo. Esta
interpretación intenta debilitar la fuerza de la afirmación
que hizo Jesús. Sin embargo, otros versículos apoyan
completamente que Jesús era no solamente el Hijo en Su
humanidad sino también el Padre en Su deidad.
5. Por ejemplo, Jesús declaró en Juan 12:45, “Y el que
me ve, ve al que me envío.” En otras palabras, si una persona
le ve a Jesús con respecto a Su deidad, le ve al
Padre.
6. En Juan 14:7 Jesús dijo a Sus discípulos, “Si me
conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde
ahora le conocéis, y le habéis visto.” Al oír esta
declaración, Felipe pidió, “Señor, muéstranos el Padre, y
nos basta” (Juan 14:8). En otras palabras, él pidió que
Jesús les mostrara el Padre y entonces ellos se satisfacerían.
La respuesta de Jesús fue, “¿Tanto tiempo hace que
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estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que
me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú:
Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y
el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo
por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí,
él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el
Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas
obras” (Juan 14:9-11). Esta declaración sobrepasa por
mucho una relación de acuerdo; no puede ser considerado
como nada menos que la pretensión de Cristo de ser el
Padre manifestado en carne. Así como mucha gente hoy,
Felipe no había comprendido que el Padre es un Espíritu
invisible y que la única manera que una persona jamás
podría verlo sería mediante la persona de Jesucristo.
7. Jesús dijo, “El Padre está en mí, y yo en el Padre”
(Juan 10:38).
8. Jesús prometió ser el Padre de todos los vencedores
(Apocalipsis 21:6-7).
9. En Juan 14:18 Jesús dijo, “No os dejaré huérfanos;
vendré a vosotros.” Jesús, hablando como el Padre,
prometió que El no dejaría huérfanos a Sus discípulos.
A seguir hay algunas comparaciones que proveen
comprobación adicional de que Jesús es el Padre.
10. Jesús profetizó que El resucitaría Su propio cuerpo
de los muertos en tres días (Juan 2:19-21), pero Pedro
predicó que Dios levantó a Jesús de los muertos (Hechos
2:24).
11. Jesús dijo que El nos enviaría el Consolador (Juan
16:7), pero también dijo que el Padre enviaría el Consolador
(Juan 14:26).
12. Solo el Padre puede traer a los hombres a Dios
(Juan 6:44), pero Jesús dijo que El atraería a todos los
hombres (Juan 12:32).
13. Jesús resucitará a todos los creyentes en el día
postrero (Juan 6:40), pero Dios Padre da vida a los muertos

71 y nos levantará (Romanos 4:17; I Corintios 6:14).
14. Jesús prometió contestar la oración del creyente
(Juan 14:14), pero El dijo que el Padre contestaría la
oración (Juan 16:23).
15. Cristo es nuestro santificador (Efesios 5:26), pero
el Padre nos santifica (Judas 1).
16. Primera Juan 3:1, 5 afirma que el Padre nos amó
y fue manifestado para quitar nuestros pecados, pero
sabemos que era Cristo quien fue manifestado en el
mundo para quitar el pecado (Juan 1:29-31).
Nosotros podemos comprender fácilmente todo esto
si nos damos cuenta que Jesús tiene una naturaleza dual.
El es ambos Espíritu y carne, Dios y hombre, Padre e Hijo.
Por Su lado humano El es el Hijo del hombre; por Su
lado divino El es el Hijo de Dios y es el Padre morando en
carne. (Véase el Capítulo V para más sobre el Hijo y Capítulo
VI para más sobre el Padre, Hijo, y Espíritu.)

Jesús es Jehová
Los versículos de Escritura que demuestran que Jesús
es el Padre no agotan nuestras pruebas de que Jesús es el
único Dios. A seguir hay doce versículos de la Escritura
que comprueban específicamente que Jesús es Jehová—
el único Dios del Antiguo Testamento.
1. Isaías 40:3 profetizó que una voz en el desierto clamaría,
“Preparad camino a Jehová”; Mateo 3:3 dice que
Juan el Bautista es el cumplimiento de esta profecía. Por
supuesto, nosotros sabemos que Juan preparó el camino
del Señor Jesucristo. Ya que el nombre Jehová era el nombre
sagrado del único Dios, la Biblia no lo aplicaría a
nadie a excepción del único Santo de Israel; aquí se aplica
a Jesús.
2. Malaquías 3:1 dice, “Vendrá súbitamente a su temp-
72
lo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto.”
Esto fue cumplido por Jesús, ya sea que se signifique el
Templo literal o el templo del cuerpo de Jesús (Juan
2:21).
3. Jeremías 23:5-6 habla de un Renuevo justo de
David—una referencia clara al Mesías—y lo llama
“Jehová, justicia nuestra.” (Véase también Jeremías
33:15-16. ) En otras palabras, Jesús es “Jehová, justicia
nuestra.”
4. Isaías dice, hablando de Jehová, “Lo salvó su
brazo” (Isaías 59:16), y “su brazo señoreará” (Isaías
40:10). Isaías 53:1-2 describe al Mesías como la revelación
del brazo de Jehová. Por lo tanto, Jesús el Salvador
no es otro Dios, sino una extensión de Jehová en
carne humana para traer salvación al mundo.
5. Isaías profetizó que la gloria de Jehová se manifestaría
a toda carne (Isaías 40:5). Ya que Jehová dijo que El
no daría Su gloria a otro (Isaías 42:8; 48:11), sabemos
que El solamente podría cumplir esta profecía por revelarse
a Sí mismo. Desde luego, encontramos en el Nuevo
Testamento que Jesús tenía la gloria del Padre (Juan 1:14;
17:5). El es el Señor de gloria (I Corintios 2:8). Cuando
Jesús venga, El vendrá en la gloria del Padre (Mateo
16:27; Marcos 8:38). Ya que Jesús tiene la gloria de
Jehová, El tiene que ser Jehová.
6. Jehová dijo, “Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre
por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo,
he aquí estaré presente” (Isaías 52:6). Pero sabemos que
Jesús es el que declaró al Padre, manifestó el nombre del
Padre, y declaró el nombre del Padre (Juan 1:18; 17:6;
17:26). Jesús declaró el nombre de Jehová (Salmo 22:22;
Hebreos 2:12). Entonces, El tiene que ser Jehová.
7. Jehová dijo, “Que a mí se doblará toda rodilla, y
jurará toda lengua” (Isaías 45:23). Pablo citó este versículo
de la Escritura para probar que todos comparecerán
73
ante el tribunal de Cristo (Romanos 14:10-11). Pablo
también escribió, “para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla” (Filipenses 2:10).
8. Zacarías ofrece evidencia convencedora de que
Jesús es Jehová. En el pasaje que empieza con Zacarías
11:4, “Jehová mi Dios” dijo, “Y pesaron por mi salario
treinta piezas de plata.” En Zacarías 12:10 Jehová
declaró, “Y mirarán a mí a quien traspasaron.” Por
supuesto, era Jesús quien fue vendido por treinta piezas
de plata y quien fue traspasado (Mateo 26:14-16; Juan
19:34). Zacarías 12:8 referente al Mesías, “y la casa de
David como Dios.” Zacarías también escribió, “vendrá
Jehová mi Dios, y con él todos los santos” y Lo describe
batallando contra muchas naciones y poniendo Su pie
sobre el monte de los Olivos (Zacarías 14:3-5). Por
supuesto, sabemos que Jesús es Aquel que volverá al
monte de los Olivos como el Rey de reyes y Señor de
señores para hacer guerra contra las naciones (Hechos
1:9-12; I Timoteo 6:14-16; Apocalipsis 19:11-16).
9. Cuando Pablo, el judío educado, el fariseo de
fariseos, el perseguidor fanático de la Cristiandad, fue
cegado sobre el camino a Damasco por una luz resplandeciente
de Dios, él preguntó, “¿Quién eres, Señor?”
Como un judío, él sabía que había un solo Dios y Señor, y
estaba preguntando, “¿Quien eres, Jehová?” El Señor contestó,
“Yo soy Jesús” (Hechos 9:5).
10. Aunque que Moisés trataba con Jehová Dios,
Hebreos 11:26 dice que Moses estimó el vituperio de
Cristo como mayor riqueza que los tesoros de Egipto.
Entonces el Dios de Moisés era Jesucristo.
11. El Salmo 68:18 retrata una escena en la que
Jehová sube a lo alto y lleva cautiva a la cautividad, pero
sabemos que Jesús ascendió y cautivó la cautividad.
Actualmente, Efesios 4:7-10 aplica esta profecía a Jesús.
12. Apocalipsis 22:6 dice, “Y el Señor, el Dios de los
74
espíritus de los profetas, ha enviado su ángel” a Juan,
pero el versículo 16 dice, “Yo Jesús he enviado mi ángel
para daros testimonio.”
Hay aún otros muchos pasajes de la Escritura que le
identifícan a Jesús con el único Jehová Dios. A seguir
hay una lista de versículos que describen a Jehová en
ciertas maneras emparejados con versículos que
describen a Jesús de la misma manera. Entonces, estos
versículos de la Escritura todos comprueban que Jesús
es Jehová.
Jesús es Jehová (I)
Jehová Jesús
Título Escritura Título Escritura
1. Todopoderoso Génesis 17:1 Todopoderoso Apocalipsis 1:8.
2. YO SOY Exodo 3:14-16 Yo soy Juan 8:58.
3. Roca Salmo 18:2; 28:1 Roca I Corintios 10:4.
4. Pastor Salmo 23:1; Buen Juan 10:11
Isaías 40:10-11 Pastor, Hebreos 13:20;
Gran Pastor, I Pedro 5:4
El Príncipe
de los pastores
5. El Rey de gloria Salmo 24:7-10 El Señor I Corintios 2:8
de gloria
6. Luz Salmo 27:1; Luz Juan 1:4-9;
Isaías 60:19 Juan 8:12;
Apocalipsis 21:23
7. Salvación Salmo 27:1; Unica Hechos 4:10-12
Isaías 12:2 Salvación
8. Señor de señores Salmo 136:3 Señor de Apocalipsis 19:16
señores
9. El Santo Isaías 12:6 El Santo Hechos 2:27
10. Dador de la ley Isaías 33:22 Testador del Hebreos 9:14-17
primer
testamento
(la Ley)
11. Juez Isaías 33:22 Juez Miqueas 5:1;
Hechos 10:42
75
12. Primero y Postrero Isaías 41:4; Alfa y Omega, Apocalipsis 1:8;
44:6; 48:12 Principio y Fin, 22:13
Primero y
Postrero
13. Unico Salvador Isaías 43:11; Salvador Tito 2:13; 3:6
45:21; 60:16
14. Dador de Agua Isaías 44:3; 55:1 Dador de Agua Juan 4:10-14;
Viva Espiritual 7:38-39.
15. El rey de Israel Isaías 44:6 El rey de Israel, Juan 1:49;
Rey de reyes Apocalipsis 19:16
16. Unico Creador Isaías 44:24; Creador de Juan 1:3;
45:8; 48:13 Todo Colosenses 1:16;
Hebreos 1:10
17. Unico Dios Justo Isaías 45:21 El Justo Hechos 7:52
18. Redentor Isaías 54:5; Redentor Gálatas 3:13;
60:16 Apocalipsis 5:9
Jesús es Jehová (II)
Nombre Jesús es nuestro Escritura
(a):
1. Jehová-jire (proveedor) Proveedor Hebreos 10:10-12
(del sacrificio)
2. Jehová-rafa (sanador) Sanador Santiago 5:14-15
3. Jehová-nisi (victoria) Victoria I Corintios 15:57
4. Jehová-m’kades Santificador Efesios 5:26
(santificador)
5. Jehová-salom (paz) Paz Juan 14:27
6. Jehová-sabaot El Señor de los
(Jehová de los Ejércitos Santiago 5:4-7
Ejércitos)
7. Jehová-elyón (altísimo) Altísimo Lucas 1:32, 76, 78
8. Jehová-raa (pastor) Pastor Juan 10:11
9. Jehová-oseenu (hacedor) Hacedor Juan 1:3
10. Jehová-sidkenu(justicia) Justicia I Corintios 1:30
11. Jehová-sama (presente) El Siempre Mateo 28:20
Presente
Las listas arriba no son exhaustivas, pero son más
que adecuadas para comprobar que Jesús es Jehová. Hay
un solo Jehová (Deuteronomio 6:4), entonces esto significa
que Jesús es el unico Dios del Antiguo Testamento.
76
Los Judíos Entendieron Que
Jesús Afirmó ser Dios
Los judíos no comprendían cómo Dios podría venir en
carne. Ellos no le comprendieron a Jesús en una ocasión
cuando El les dijo que El era el Padre (Juan 8:19-27). Sin
embargo, en muchas otras ocasiones ellos comprendieron
Su pretensión de ser Dios. Una vez cuando
Jesús sanó un hombre en el sábado y acreditó el trabajo a
Su Padre, los judíos buscaron matarle—no solamente
porque El había violado el sábado sino porque dijo que
Dios era Su Padre, haciéndose así igual a Dios (Juan 5:17-
18). En otro tiempo Jesús dijo que Abraham se gozó de
que había de ver Su día. Cuando los judíos preguntaron
cómo podría ser esto, Jesús contestó, “Antes que Abraham
fuese, yo soy.” Los judíos inmediatamente
reconocieron que El afirmaba ser YO SOY—el nombre
por el cual Jehová se había identificado a Sí mismo en
Exodo 3:14—entonces ellos recogieron piedras para
matarle por la blasfemia (Juan 8:56-59).
Cuando Jesús dijo, “Yo y el Padre uno somos,” los
judíos buscaron apedrearle por la blasfemia, porque El
siendo un hombre se hizo a Sí mismo Dios Padre (Juan
10:30-33). Ellos buscaron matarle cuando El dijo que el
Padre estaba en El, nuevamente porque El afirmaba ser el
Padre (Juan 10:38-39).
Cuando Jesús perdonó los pecados de un hombre paralítico,
los judíos pensaron que El había blasfemado
porque ellos sabían que solamente Dios podía perdonar el
pecado (Isaías 43:25). Jesús, conociendo sus pensamientos,
sanó al hombre; demostrando así Su poder divino y
comprobando Su deidad (Lucas 5:20-26). Los judíos
tuvieron razón en creer que había un solo Dios, en creer
que solo Dios puede perdonar el pecado, y en comprender
que Jesús afirmó ser el único Dios (el Padre y
77
Jehová). Ellos estaban equivocados únicamente porque
rehusaron creer la pretensión de Jesús.
Es asombroso que algunos hoy en día no solamente
rechazan la afirmación del Señor de Su verdadera identidad,
sino que faltan también en darse cuenta de qué fue lo
que El afirmó. Aun los adversarios judíos de Jesús se
dieron cuenta de que Jesús afirmó ser Dios, el Padre, y
Jehová, pero algunos hoy no pueden ver lo que las Escrituras
tan simplemente declaran.
Jesús es Aquel que está en el Trono
Hay un trono en el cielo y Uno sentado sobre él. Juan
describió esto en Apocalipsis 4:2: “Y al instante yo estaba
en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y
en el trono, uno sentado.” Sin duda este “Uno” es Dios
porque los veinticuatro ancianos alrededor del trono se
refieren a El como “Santo, santo, santo es el Señor Dios
Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”
(Apocalipsis 4:8). Cuando comparamos esto con Apocalipsis
1:5-18, descubrimos una similitud notable en la descripción
de Jesús y Aquel que está sentado sobre el trono. “Yo
soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que
es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis
1:8). Los versículos 5-7 hacen claro que Jesús es el que
está hablando en el versículo 8. Además, Jesús es claramente
el tema de Apocalipsis 1:11-18. En el versículo 11,
Jesús se identificó como el Alfa y la Omega, el primero y el
último. En los versículos 17-18 Jesús dijo, “Yo soy el
primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he
aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las
llaves de la muerte y del Hades.” Empezando desde el
primer capítulo de Apocalipsis, por lo tanto, nosotros hallamos
que Jesús es el Señor, el Omnipotente, y el que es, y
que era, y que ha de venir. Ya que los mismos títulos y términos

78
descriptivos se aplican a Jesús y a Aquel que está
sentado sobre el trono, es evidente que el que está sobre el
trono es nadie menos que Jesucristo.
Hay apoyo adicional para esta conclusión. Apocalipsis
4:11 nos dice que el que está sobre el trono es el Creador,
y nosotros sabemos que Jesús es el Creador (Juan 1:3;
Colosenses 1:16). Además, El que está sobre el trono es
digno de recibir gloria, honra, y poder (Apocalipsis 4:11);
nosotros leemos que el Cordero que fue inmolado (Jesús)
es digno de recibir el poder, riquezas, sabiduría, fortaleza,
honra, gloria, y alabanza (Apocalipsis 5:12). Apocalipsis
20:11-12 nos cuenta que el que está sobre el trono es el
Juez, y sabemos que Jesús es el Juez de todo (Juan 5:22,
27; Romanos 2:16; 14:10-11). Concluimos que Jesús
tiene que ser el que está sobre el trono en Apocalipsis 4.
Apocalipsis 22:3-4 habla del trono de Dios y del
Cordero. Estos versículos hablan de un trono, un rostro, y
un nombre. Por lo tanto, Dios y el Cordero deben ser un Ser
que tiene un rostro (cara) y un nombre y uno que se sienta
sobre un trono. La única persona quien es ambos Dios y el
Cordero es Jesucristo. (Para discusión del Anciano de Días
en Daniel 7 véase el Capítulo VII. Para discusión del
Cordero en Apocalipsis 5 véase el Capítulo IX.) En
resumen, el Libro de Apocalipsis nos dice que cuando lleguemos
al cielo veremos solamente a Jesús sobre el trono.
Jesús es la única manifestación visible de Dios que jamás
veremos en el cielo.
La Revelación de Jesucristo
El Libro de Apocalipsis contiene muchas otras
declaraciones poderosas concernientes a la deidad de
Jesús. El propósito de Dios en inspirar a Juan a escribir el
libro era para dar a conocer o revelar a Jesucristo, no
meramente para revelar sucesos futuros. Actualmente,
79
todas las escrituras de Juan fuertemente enfatizan la unicidad
de Dios, la deidad de Cristo, y la naturaleza dual de
Cristo. Juan escribió el Evangelio según Juan para que
nosotros creyéramos que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios
(Juan 20:31). El aceptarle a Jesús como el Hijo de Dios
significa aceptarle como Dios, porque el título “el Hijo de
Dios” simplemente significa Dios manifestado en carne.
(Véase el Capítulo V para discusión adicional.) Juan le
identificó a Jesús como Dios, el Verbo, el Padre, y Jehová
(el Yo soy). Todas las escrituras de Juan elevan la deidad
de Jesús; el Libro de Apocalipsis no es ninguna excepción.
Apocalipsis 1:1 nos dice que el libro es la revelación
de Jesucristo. El griego para revelación es apokalupsis,
del cual derivamos la palabra Apocalipsis. Significa literalmente
un descubrir o un destapar. Por cierto el libro
es una profecía de cosas por venir, pero una de las
razones principales para esta profecía es revelar a
Cristo—demostrar quien realmente es El. El estudiante
serio de la Biblia debería buscar comprender las predicciones
en el libro; pero, más importante, él debería buscar
comprender la razón por estas predicciones. El
debería buscar comprender la revelación de Jesucristo en
estos sucesos futuros.
El Libro de Apocalipsis le presenta a Jesús en ambos
Su humanidad y Su deidad. El es el Cordero inmolado por
nuestros pecados pero El es también el Dios Omnipotente
que está sobre el trono. A seguir hay una lista de algunas
de las maneras en las cuales el libro le presenta a Cristo.
Jesús en el Libro de Apocalipsis
Título Comentario Escritura en
Apocalipsis
1. Testigo fiel Profeta y apóstol 1:5
2. Primogénito de 1:5
los muertos
80
3. Soberano de 1:5
los reyes
4. Alfa y Omega 1:8; 11;
21:6; 22:13
5. Principio y Fin 1:8; 21:6; 22:13
6. El que es, era, 1:8; 4:8
ha de venir
7. Omnipotente 1:8; 4:8
8. Hijo del Hombre Igual que el Anciano de 1:13
Días en Daniel 7:9
9. Primero y último 1:17; 22:13
10. El que vive, estuvo 1:18
muerto, y vive por
los siglos de los
siglos
11. Posesor de los siete 3:1; 5:6
Espíritus
12. El que está sobre 4:2
el trono
13. Dios 4:8; 21:7
14. Creador 4:11
15. León de la tribu Humanidad 5:5
de Judá
16. Raíz de David Creador de David 5:5; 22:16
17. Cordero Sacrificio por el pecado 5:6
18. Redentor 5:9
19. Fiel 19:11
20. Verdadero 19:11
21. La Palabra de Dios 19:13
22. Rey de reyes 19:16
23. Señor de señores 19:16
24. Linaje de David Humanidad 22:16
25. Estrella 22:16
resplandeciente
de la mañana
Cada uno de estos títulos y papeles es una revelación
hermosa de Jesús. En conjunto, ellos presentan un retrato
de Uno quien vino en carne, murió, y resucitó pero
también Uno quien es el eterno Señor Dios Omnipotente.
El último capítulo de Apocalipsis describe a Dios y el
Cordero en el singular (Apocalipsis 22:3-4) e identifica el
81
Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, como Jesús
(Apocalipsis 22:6, 16). Estas referencias nos dicen que
Jesús es el Dios de la eternidad y que El aparecerá con Su
cuerpo humano glorificado (el Cordero) por toda la
eternidad. La gloria de Dios será la luz para la Nueva
Jerusalén mientras resplandece mediante el cuerpo glorificado
de Jesús (Apocalipsis 21:23). Estos capítulos
finales del Libro de Apocalipsis describen cómo Dios se
revelara (descubrirá) a Sí mismo en toda Su gloria a todos
para siempre. Ellos nos cuentan que Jesús es el Dios eterno
y que Jesús se revelará como Dios por toda la
eternidad. Por lo tanto, el libro es, desde luego, la revelación
de Jesucristo.
Jesús Tiene Todos los Atributos y
Las Prerrogativas de Dios
Si se necesitan más pruebas que demuestran que
Jesús es Dios, podemos comparar los atributos de Jesús
con los atributos de Dios. Al hacer esto hallaremos que
Jesús posee todo los atributos y prerrogativas de Dios,
particularmente aquellos que solamente pueden
pertenecerle a Dios. En Su humanidad, Jesús es visible,
restringido al cuerpo físico, débil, imperfecto en poder,
etcétera. En Su naturaleza divina, sin embargo, Jesús es
un Espíritu; porque Romanos 8:9 habla del Espíritu de
Cristo. En Su divinidad, Jesús era y es omnipresente.
Por ejemplo, en Juan 3:13 Jesús hizo referencia al “Hijo
de Hombre, que ésta en el cielo” aunque El todavía estaba
sobre la tierra. Su omnipresencia explica por qué El
podía decir en el tiempo presente mientras estaba sobre
la tierra, “Donde están dos o tres congregados en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20).
En otras palabras, mientras la plenitud del carácter de
Dios estaba localizada en el cuerpo humano de Jesús, el
82
Espíritu omnipresente de Jesús no podía ser así
restringido. Aunque Jesús caminó sobre esta tierra
como un hombre, Su Espíritu todavía estaba en todo
lugar a la vez.
Jesús es también omnisciente; pues El podía leer los
pensamientos (Marcos 2:6-12). El le conoció a Natanael
antes de encontrarlo (Juan 1:47-50). El sabe todas las
cosas (Juan 21:17), y toda sabiduría y conocimiento
están escondidos en El (Colosenses 2:3).
Jesús es omnipotente; El tiene todo poder, es la
cabeza de todo principado y potestad, y es el
Todopoderoso (Mateo 28:18; Colosenses 2:10; Apocalipsis
1:8).
Jesús es inmutable y inalterable (Hebreos 13:8). El
es también eterno e inmortal (Hebreos 1:8-12; Apocalipsis
1:8, 18).
Solamente Dios debe recibir la adoración (Éxodo
20:1-5; 34:14), pero Jesús recibió adoración en muchas
ocasiones y recibirá adoración de toda la creación (Lucas
24:52; Filipenses 2:10; Hebreos 1:6). Solo Dios puede
perdonar el pecado (Isaías 43:25), pero Jesús tiene poder
para perdonar el pecado (Marcos 2:5). Dios recibe los
espíritus de los hombres (Eclesiastés 12:7), pero Jesús
recibió el espíritu de Esteban (Hechos 7:59). Dios es el
preparador del cielo (Hebreos 11:10), pero Jesús es el
preparador del cielo (Juan 14:3). Por lo tanto, hallamos
que Jesús tiene todo los atributos y prerrogativas que
pertenecen a Dios solamente.
Además, Jesús exhibe todas las otras características
que Dios tiene. Por ejemplo, mientras estaba sobre la tierra
Jesús demostró emociones santas tal como regocijo, compasión,
y tristeza (Lucas 10:21; Marcos 6:34; Juan 11:35).
La Biblia también testifica que El tiene los atributos
morales de Dios. A seguir hay una lista de algunos atributos
morales de Jesús que corresponden a los de Dios.
83
Jesús Tiene la Naturaleza Moral de Dios
1. amor Efesios 5:25
2. luz Juan 1:3-9
3. santidad Lucas 1:35
4. misericordia Hebreos 2:17
5. ternura II Corintios 10:1
6. rectitud II Timoteo 4:8
7. bondad Mateo 19:16
8. perfección Efesios 4:13
9. justicia Hechos 3:14
10. fidelidad Apocalipsis 19:11
11. verdad Juan 14:6
12. gracia Juan 1:16-17
Conclusión
Jesús es todo lo que la Biblia dice que es Dios; El
tiene todo los atributos, prerrogativas, y características de
Dios mismo. Para expresarlo sencillamente, Jesús es todo
lo que es Dios. Jesús es el único Dios. No hay mejor manera
de resumirlo todo que decir juntamente con el inspirado
Apóstol Pablo, “Porque en él habita corporalmente
toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos
en él” (Colosenses 2:9-10).
84
NOTAS
CAPITULO IV
1John Miller, Is God a Trinity? (1922; rpt. Hazelwood, Mo.: Word
Aflame Press, 1975), p. 85.
2Flanders y Cresson, p. 511.
3Otto Heick, A History of Christian Thought (Filadelfia: Fortress
Press, 1965), I, 31-32, 59-63.
4Noviembre 1980, Jerusalén, Israel.

JESUS ES DIOS

JESUS ES DIOS

El Señor les dijo a sus apóstoles en Juan 11;27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre;y nadie conoce al Hijo,sino el Padre,ni el Padre conoce alguno,sino el Hijo,y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.


Nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno,
Príncipe de paz.” Los términos hijo y niño se refieren a la
Encarnación o manifestación del “Dios fuerte” y “Padre
Eterno.”
2. Isaías profetizó que el Mesías se llamaría Emanuel,
Que es, Dios con nosotros (Isaías 7:14; Mateo 1:22-23).
3. Isaías describió al Mesías como un vástago de Isaí
(el padre de David) y también como la raíz de Isaí (Isaías
11:1, 10; véase también Apocalipsis 22:16). Según la
carne El era un descendiente (vástago) de Isaí y David,
pero según Su Espíritu El era su Creador y fuente de vida
(raíz). Jesús usó este concepto para confundir a los
Fariseos cuando El citó el Salmo 110:1 y preguntó, en
esencia, “¿Cómo podía David llamarle al Mesías Señor
cuando el Mesías había de ser el hijo (descendiente) de
David?” (Mateo 22:41-46).
4. Isaías 35:4-6 demuestra que Jesús es Dios: “he aquí
que vuestro Dios . . . vendrá, y os salvará.” Este pasaje
sigue a decir que al venir Dios los ojos de los ciegos se
abrirían, los oidos de los sordos serían abiertos, el cojo
saltaría, y la lengua del mudo hablaría. Jesús aplicó este
pasaje de la Escritura a Sí mismo (Lucas 7:22) y, por
supuesto, Su ministerio produjo todas estas cosas.
5. Isaías 40:3 declara que uno clamaría en el desierto,
“Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la
soledad a nuestro Dios.” Juan el Bautista cumplió esta
profecía cuando él preparó el camino para Jesús (Mateo
3:3); así que Jesús es Jehová y nuestro Dios.
6. Miqueas 5:2 comprueba que el Mesías es Dios.
“Pero tú, Belén Efrata . . . de ti me saldrá el que será
Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio,
desde los días de la eternidad.”
Entonces el Antiguo Testamento claramente afirma
que el Mesías y el Salvador que había de venir sería Dios
mismo.
60
El Nuevo Testamento Proclama
Que Jesús es Dios
1. Tomás confesó a Jesús como ambos Señor y Dios
(Juan 20:28).
2. Según Hechos 20:28, la iglesia fue comprada con la
sangre propia de Dios, específicamente la sangre de
Jesús.
3. Pablo describió a Jesús como “nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo” (Tito 2:13).
4. Pedro lo describió como “nuestro Dios y Salvador
Jesucristo” (II Pedro 1:1).
5. Nuestros cuerpos son los templos de Dios (I Corintios
3:16-17), pero sabemos que Cristo mora en nuestros
corazones (Efesios 3:17).
6. El Libro de Colosenses enfatiza fuertemente la deidad
de Cristo. “Porque en él habita corporalmente toda la
plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9; véase también
1:19). Según estos versículos de Escritura, Jesús no es
simplemente una parte de Dios, sino que el total de Dios
es residente en El. Si hubiera varias personas en la Deidad,
según Colosenses 2:9 ellos todos serían residentes
en la forma corporal de Jesús. Nosotros somos completos
en El (Colosenses 2:10). Todo lo que necesitamos de Dios
lo podemos hallar en Jesucristo solamente. (Para más discusión
sobre Colosenses 2:9 y otras pruebas de la deidad
de Cristo en Colosenses, véase el Capítulo IX.)
Concluimos que el Nuevo Testamento atestigua la
plena deidad de Jesucristo.
Dios Fue Manifestado en la Carne como Jesús
La declaración que Jesús es Dios necesariamente
implica que Dios tomó sobre sí carne humana. Esto es de
hecho lo que la Biblia dice.
61
1. “Dios fue manifestado en carne, justificado en el
Espiritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles,
créido en el mundo, recibido arriba en gloria” (I Timoteo
3:16; véase el versículo 15 para confirmación adicional
de que Dios es el tema del versículo 16). Dios fue manifestado
(hecho visible) en carne; Dios fue justificado
(demostrado como justo) en el Espíritu; Dios fue visto de
ángeles; Dios fue creido en el mundo; y Dios fue recibido
arriba en gloria. ¿Cómo y cuándo sucedió todo esto? En
Jesucristo.
2. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con
Dios, y el Verbo era Dios . . . Y aquel Verbo fue hecho
carne . . .” (Juan 1:1, 14). Literalmente, el Verbo (Dios)
fue entabernaculizado en carne. ¿Cuándo se entabernaculizó
o se vistió Dios en carne? En Jesucristo. Ambos versículos
de Escritura prueban que Jesús es Dios—que El
es Dios manifestado (revelado, dado a conocer, hecho evidente,
desplegado, demostrado) en carne.
Dios es un Espíritu—sin carne y sangre e invisible al
hombre. A fin de hacerse visible al hombre y a fin de derramar
sangre inocente para nuestros pecados, El tuvo
que ponerse carne. (Para más sobre los propósitos del
Hijo, véase el Capítulo V. ) Jesús no es otro Dios o una
parte de Dios, sino que El es el Dios del Antiguo Testamento
vestido en carne. El es el Padre; El es Jehová quien
vino en carne para unir la brecha entre el hombre y Dios
que el pecado del hombre había creado. El se puso carne
como un hombre se pone un abrigo.
Muchos versículos de la Escritura declaran que Jesucristo
es el Dios del Antiguo Testamento vestido en carne
con el propósito de la autorrevelación y la reconciliación.
3. “Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo
al mundo” (II Corintios 5:19).
4. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que
está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer
[declarado, revelado (Juan 1:18
62
.
5. “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas
maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en
estos postreros días nos ha hablado por el Hijo . . . siendo
el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia
. . .” (Hebreos 1:1-3).
6. Jesús es “la imagen del Dios invisible” (Colosenses
1:15; II Corintios 4:4).
7. El es Dios cubierto con un velo de carne (Hebreos
10:20). Como Abraham profetizó, probablemente sin
comprender el significado pleno de sus propias palabras,
“Dios se proveerá de cordero” (Génesis 22:8). Dios desde
luego proveyó un cuerpo para Sí mismo: “Sacrificio y
ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo” (Hebreos
10:5).
8. Jesús era el constructor de la casa (Dios Padre y
Creador) y también un hijo sobre su propia casa (Hebreos
3:3-6).
9. El vino a Su propia creación y a Su propio pueblo
escogido pero ellos no le reconocieron ni lo recibieron
(Juan 1:10-11).
El Verbo
Juan 1 enseña de una manera hermosa el concepto
de Dios manifestado en la carne. En el principio era el
Verbo (griego, Logos). El Verbo no era una persona
aparte o un dios aparte, tal como la palabra de un hombre
no es una persona aparte de él. Más bien el Verbo era
el pensamiento, el plan, o la mente de Dios. El Verbo
estaba con Dios en el principio y realmente era Dios
mismo (Juan 1:1). La Encarnación existía en la mente de
Dios antes que el mundo comenzó. Desde luego, en la
mente de Dios el Cordero fue inmolado antes de la fundación
del mundo (I Pedro 1:19-20; Apocalipsis 13:8).
63
En el uso griego, logos puede significar la expresión o
el plan como existe en la mente del pregonero—como un
drama en la mente de un dramaturgo—o puede significar
el pensamiento como proferido o de otra manera físicamente
expresado—como un papel que se juega sobre el
escenario. Juan 1 dice que el Logos existía en la mente de
Dios desde el principio del tiempo. Cuando llegó el
cumplimiento del tiempo, Dios puso aquel plano en
acción. El puso carne sobre aquel plan en forma del hombre
Jesucristo. El Logos es Dios expresado. Como dice
John Miller, el Logos es “Dios expresándose a Sí mismo.”1
Actualmente, La Biblia Amplificada (inglés) traduce la
última frase de Juan 1:1 así: “El Verbo era Dios mismo.”
Flanders y Cresson dicen, “El Verbo era el medio de divulgación
propia de Dios.” 2 Este pensamiento es ilustrado a
más profundidad por el versículo 14, que dice que el
Verbo encarnado tuvo gloria como del unigénito del
Padre, y por el versículo 18, que dice que el Hijo ha dado
a conocer al Padre.
En la filosofía griega, el Logos llegó a significar razón
o sabiduría como el principio controlador del universo.
En el día de Juan, algunos filósofos griegos y teólogos
judíos influidos por el pensamiento griego (especialmente
el filósofo judío, Filo de Alejandría) le observaban al
Logos como una deidad secundaria inferior o como una
emanación de Dios en el tiempo.3 Algunas herejías cristianas,
incluyendo una forma emergente del gnosticismo,
ya estaban incorporando estas teorías en sus doctrinas, y
por lo tanto relegándole a Jesús a un papel inferior. Juan
deliberadamente usó su propia terminología para contraprobar
estas doctrinas y para declarar la verdad. El
Verbo no era inferior a Dios; era Dios (Juan 1:1). El
Verbo no emanó de Dios a través de un periodo de tiempo;
estuvo con Dios en el principio (Juan 1:1-2). Jesucristo,
el Hijo de Dios, no era otro que el Verbo, o Dios,
64
dado a conocer en la carne. Anote también que la palabra
griega pros, traducida “con” en el versículo 1, es la misma
palabra traducida “en lo que a . . . se refiere” en Hebreos
2:17 y 5:1. Juan 1:1 podría incluir en sus significados,
por lo tanto, lo siguiente: “El Verbo se refería a Dios y el
Verbo era Dios,” o, “El Verbo se refería a Dios y era Dios.”
Jesús Era Dios Desde el Principio
De Su Vida Humana
Dios fue manifestado en la carne mediante Jesucristo,
pero ¿a qué punto en Su vida vino Dios a habitar en el
Hijo? La Biblia declara inequívocamente que la plenitud
de Dios estuvo en Jesús desde el momento cuando la vida
humana de Jesús comenzó.
1. Mateo 1:23 dice, “He aquí, una virgen concebirá y
dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que
traducido es: Dios con nosotros.” El era “Dios con
nosotros” aun en su nacimiento.
2. Los ángeles lo adoraron en Su nacimiento (Hebreos
1:6), Simeón reconoció al infante como el Cristo (Lucas
2:26), Ana le vio al bebé como el redentor de Israel
(Lucas 2:38), y los hombres sabios adoraron al niño
pequeño (Mateo 2:11).
3. Miqueas 5:2 atribuyó deidad al Mesías en Su
nacimiento en Belén, y no simplemente después de Su
vida en Nazaret o Su bautismo en el Jordán.
4. Lucas 1:35 explica por qué Jesús era Dios a principios
de Su vida humana. El ángel le dijo a María, “El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser
que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” Jesús nació de
una virgen, Su concepción siendo efectuada por el
Espíritu Santo. Por esa razón (“por lo tanto”), El era el
Hijo de Dios. En otras palabras, Jesús es el Hijo de Dios
65
porque Dios, y no un hombre, ocasionó Su concepción.
Dios era literalmente Su Padre. “Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito . . .” (Juan
3:16). Engendrar significa procrear o causar. Jesús fue
engendrado por Dios en la matriz de la virgen María.
Isaías 7:14 también vincula la concepción virginal con
el reconocimiento que el Hijo así nacido sería Dios. En
otras palabras, en el momento de la concepción, Dios puso
Su naturaleza divina en la simiente de la mujer. El niño que
había de nacer recibió su vida y el lado a paternal de su naturaleza
de Dios en aquel momento. Del lado de la madre
recibió la naturaleza humana de María; del lado del padre
(Dios, no José) recibió la naturaleza de Dios. Jesús obtuvo
Su naturaleza divina mediante el proceso de la concepción;
El no llegó a ser divino por algún postrer hecho de Dios. El
nacimiento virginal de Jesús establece Su deidad.
Algunos creen que Jesús recibió la plenitud de Dios
en algún tiempo más tarde en Su vida, como, por ejemplo,
en Su bautismo. Sin embargo, en vista del nacimiento
virginal y de Lucas 1:35 esto no puede ser así. Jesús
recibió Su naturaleza de deidad así como también la naturaleza
de humanidad en la concepción. La descendencia
del Espíritu Santo como una paloma en el bautismo de
Jesús no era un bautismo del Espíritu Santo; Jesús ya
tenía toda la plenitud de Dios dentro de Sí (Colosenses
2:9). Más bien, Su bautismo, entre otras cosas, ocurrió
como una unción simbólica para el principio de Su ministerio
terrenal y como una confirmación a Juan el Bautista
de Su deidad (Juan 1:32-34). (Para más sobre el bautismo
de Jesús véase el Capítulo VIII.)
El Misterio de la Piedad
El hecho que Dios llegó a ser carne es una de las
cosas más maravillosas y, sin embargo, de las más incomprensibles

66 acerca de Dios. “E indiscutiblemente, grande
es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en
carne . . .” (I Timoteo 3:16). Jesús es como ningún otro
hombre que jamás ha sido o será. El tiene dos naturalezas;
El es totalmente Dios y totalmente hombre.
(Véase el Capítulo V. ) La mayoría de los problemas en las
mentes de la gente en lo que concierne a la Deidad
proviene de este gran misterio. Ellos no pueden comprender
la naturaleza dual de Cristo y no pueden separar correctamente
sus dos papeles. No pueden comprender
cómo Dios podría tomar sobre Sí la forma de un bebé y
vivir entre los hombres.
Es cierto que nosotros no podemos comprender totalmente
cómo la concepción milagrosa—la unión de Dios y
hombre—ocurrió en la matriz de María, pero sí podemos
aceptarlo por la fe. De hecho, si nosotros no creemos que
Jesús ha venido en carne tenemos un espíritu de anticristo
(II Juan 7), pero si aceptamos esta doctrina de
Cristo tenemos ambos el Padre y el Hijo (II Juan 9).
Ambos el Padre y el Hijo son revelados en Cristo (Juan
10:30; 14:6-11).
El misterio de Dios en la carne era un gran obstáculo
para los judíos. Ellos nunca pudieron comprender cómo
Jesús, siendo un hombre, podía ser también Dios (Juan
10:33). Porque El afirmó ser Dios, ellos le rechazaron y
buscaron matarle (Juan 5:18; 10:33).
Por esta razón, hasta el día de hoy muchos judíos no
pueden aceptarle a Jesús. En una conversación, un rabí
ortodoxo judío nos declaró que él jamás le podría aceptar
a Jesús como Dios.4 El sentía que ya que Dios es un
Espíritu omnipresente e invisible, El nunca puede ser
visto por el hombre y no puede ser visible en la carne. Su
razonamiento nos hizo recordar a los judíos en el día de
Jesús. Tal como este rabí, ellos trataron de limitar a Dios
por sus propias ideas preconcebidas de cómo Dios
67
debería de actuar. Además, ellos no tenían un
conocimiento completo de las Escrituras del Antiguo Testamento
que proclaman la deidad del Mesías.
Aunque es humanamente difícil comprender cómo el
infinito Dios podría morar en la carne, las Escrituras, sin
embargo, declaran que así fue. Le recordamos al rabí de
la manifestación de Dios en forma de un hombre a Abraham
en Génesis 18. El admitió que esto era un problema
para él, pero trató de explicarlo en términos de un
antropomorfismo o lengua figurativa. Entonces hicimos
referencia a otros versículos de la Escritura tal como
Isaías 7:14, 9:6, Jeremías 23:6, y Miqueas 5:2 para
demostrar que el Mesías sería Jehová Dios. El rabí no
tuvo más respuesta que decir que nuestras traducciones
de estos versículos de Escritura posiblemente eran incorrectas.
El prometió estudiarlos a más profundidad.
Nunca ha existido un misterio con respecto a “personas”
en la Deidad. La Biblia claramente afirma que hay
un solo Dios, y esto es fácil de comprender para todos. El
único misterio acerca de la Deidad es cómo Dios podría
venir en la carne, cómo Jesús podría ser ambos Dios y
hombre. Pero la verdad de este misterio ha sido revelada
a aquellos que creyerán. El misterio de Jesucristo ha sido
ocultado desde que el mundo comenzó, pero se dio a
conocer en la edad del Nuevo Testamento (Romanos
16:25-26; Colosenses 1:25-27). Un misterio en el Nuevo
Testamento es simplemente un plan de Dios que no era
entendido en el Antiguo Testamento pero que sí se ha revelado
a nosotros. Nosotros podemos “entender . . . el misterio
de Cristo, misterio que en otras generaciones no se
dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es
revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu”
(Efesios 3:4-5).
Podemos saber el misterio de Dios y el Padre, que es
Cristo (Colosenses 2:2). Actualmente, Pablo explicó este
68
misterio diciendo que en Jesucristo mora toda la
sabiduría, el conocimiento, y la plenitud de Dios
(Colosenses 2:3, 9). El misterio de Dios ha sido revelado
a nosotros por el Espíritu de Dios (I Corintios 2:7-10).
Esta revelación nos viene mediante la Palabra de Dios,
que es iluminada por el Espíritu Santo (I Corintios 2:7-
10). La luz de Cristo, quien es la imagen de Dios, ha brillado
en nuestros corazones (II Corintios 4:3-4). No hay
por lo tanto ningún misterio bíblico acerca de la Deidad y
ciertamente ningún misterio acerca del número de personas
en la Deidad. ¡El único misterio es Cristo, y El se ha
revelado a nosotros! El misterio de Dios y el misterio de
Cristo convergen en la Encarnación. Es simplemente que
el único Dios de Israel vino a la tierra en carne. Este misterio
se ha revelado y la Palabra de Dios declara que se
nos ha hecho conocido hoy.
Jesús es el Padre
Si hay un solo Dios y aquel Dios es el Padre
(Malaquías 2:10), y si Jesús es Dios, entonces lógicamente
sigue que Jesús es el Padre. Para aquellos que
piensan que de algún modo Jesús puede ser Dios y
todavía no ser el Padre, ofreceremos comprobación bíblica
adicional de que Jesús es el Padre. Esto servirá de más
evidencia de que Jesús es Dios. Realmente, dos versículos
de Escritura son suficientes para probar este punto.
1. Isaías 9:6 le llama al Hijo el Padre eterno. Jesús es
el Hijo del cual se profetizó y hay un solo Padre
(Malaquías 2:10; Efesios 4:6), entonces Jesús tiene que
ser Dios Padre.
2. Colosenses 2:9 proclama que toda la plenitud de la
Deidad mora en Jesús. La Deidad incluye el papel de
Padre, entonces el Padre tiene que morar en Jesús.
3. Además de estos dos versículos, Jesús mismo
69
enseñó que El era el Padre. Una vez, cuando Jesús hablaba
del Padre, los Fariseos preguntaron, “¿Dónde está tu
Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi
Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais”
(Juan 8:19). Jesús siguió a decir, “Por eso os dije
si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis”
(Juan 8:24).
Jesús realmente se estaba identificando a Sí mismo
con el “YO SOY” de Éxodo 3:14. Los judíos, quienes no
comprendían lo que El quería decir, preguntaron, “¿Tú
quién eres?” Jesús contestó, “Lo que desde el principio os
he dicho.” (Juan 8:25). Sin embargo, “pero no
entendieron que les hablaba del Padre” (Juan 8:27). En
otras palabras, Jesús trató de decirles que El era el Padre
y el YO SOY, y que si ellos no le aceptaban como Dios
ellos morirían en sus pecados.
4. En otro lugar Jesús dijo, “Yo y el Padre uno somos”
(Juan 10:30). Algunos tratan de decir que El era uno con
el Padre mucho como un esposo y su esposa son uno o
como dos hombres pueden ser uno en el acuerdo. Esta
interpretación intenta debilitar la fuerza de la afirmación
que hizo Jesús. Sin embargo, otros versículos apoyan
completamente que Jesús era no solamente el Hijo en Su
humanidad sino también el Padre en Su deidad.
5. Por ejemplo, Jesús declaró en Juan 12:45, “Y el que
me ve, ve al que me envío.” En otras palabras, si una persona
le ve a Jesús con respecto a Su deidad, le ve al
Padre.
6. En Juan 14:7 Jesús dijo a Sus discípulos, “Si me
conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde
ahora le conocéis, y le habéis visto.” Al oír esta
declaración, Felipe pidió, “Señor, muéstranos el Padre, y
nos basta” (Juan 14:8). En otras palabras, él pidió que
Jesús les mostrara el Padre y entonces ellos se satisfacerían.
La respuesta de Jesús fue, “¿Tanto tiempo hace que
70
estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que
me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú:
Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y
el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo
por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí,
él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el
Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas
obras” (Juan 14:9-11). Esta declaración sobrepasa por
mucho una relación de acuerdo; no puede ser considerado
como nada menos que la pretensión de Cristo de ser el
Padre manifestado en carne. Así como mucha gente hoy,
Felipe no había comprendido que el Padre es un Espíritu
invisible y que la única manera que una persona jamás
podría verlo sería mediante la persona de Jesucristo.
7. Jesús dijo, “El Padre está en mí, y yo en el Padre”
(Juan 10:38).
8. Jesús prometió ser el Padre de todos los vencedores
(Apocalipsis 21:6-7).
9. En Juan 14:18 Jesús dijo, “No os dejaré huérfanos;
vendré a vosotros.” Jesús, hablando como el Padre,
prometió que El no dejaría huérfanos a Sus discípulos.
A seguir hay algunas comparaciones que proveen
comprobación adicional de que Jesús es el Padre.
10. Jesús profetizó que El resucitaría Su propio cuerpo
de los muertos en tres días (Juan 2:19-21), pero Pedro
predicó que Dios levantó a Jesús de los muertos (Hechos
2:24).
11. Jesús dijo que El nos enviaría el Consolador (Juan
16:7), pero también dijo que el Padre enviaría el Consolador
(Juan 14:26).
12. Solo el Padre puede traer a los hombres a Dios
(Juan 6:44), pero Jesús dijo que El atraería a todos los
hombres (Juan 12:32).
13. Jesús resucitará a todos los creyentes en el día
postrero (Juan 6:40), pero Dios Padre da vida a los muertos

71 y nos levantará (Romanos 4:17; I Corintios 6:14).
14. Jesús prometió contestar la oración del creyente
(Juan 14:14), pero El dijo que el Padre contestaría la
oración (Juan 16:23).
15. Cristo es nuestro santificador (Efesios 5:26), pero
el Padre nos santifica (Judas 1).
16. Primera Juan 3:1, 5 afirma que el Padre nos amó
y fue manifestado para quitar nuestros pecados, pero
sabemos que era Cristo quien fue manifestado en el
mundo para quitar el pecado (Juan 1:29-31).
Nosotros podemos comprender fácilmente todo esto
si nos damos cuenta que Jesús tiene una naturaleza dual.
El es ambos Espíritu y carne, Dios y hombre, Padre e Hijo.
Por Su lado humano El es el Hijo del hombre; por Su
lado divino El es el Hijo de Dios y es el Padre morando en
carne. (Véase el Capítulo V para más sobre el Hijo y Capítulo
VI para más sobre el Padre, Hijo, y Espíritu.)

Jesús es Jehová
Los versículos de Escritura que demuestran que Jesús
es el Padre no agotan nuestras pruebas de que Jesús es el
único Dios. A seguir hay doce versículos de la Escritura
que comprueban específicamente que Jesús es Jehová—
el único Dios del Antiguo Testamento.
1. Isaías 40:3 profetizó que una voz en el desierto clamaría,
“Preparad camino a Jehová”; Mateo 3:3 dice que
Juan el Bautista es el cumplimiento de esta profecía. Por
supuesto, nosotros sabemos que Juan preparó el camino
del Señor Jesucristo. Ya que el nombre Jehová era el nombre
sagrado del único Dios, la Biblia no lo aplicaría a
nadie a excepción del único Santo de Israel; aquí se aplica
a Jesús.
2. Malaquías 3:1 dice, “Vendrá súbitamente a su temp-
72
lo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto.”
Esto fue cumplido por Jesús, ya sea que se signifique el
Templo literal o el templo del cuerpo de Jesús (Juan
2:21).
3. Jeremías 23:5-6 habla de un Renuevo justo de
David—una referencia clara al Mesías—y lo llama
“Jehová, justicia nuestra.” (Véase también Jeremías
33:15-16. ) En otras palabras, Jesús es “Jehová, justicia
nuestra.”
4. Isaías dice, hablando de Jehová, “Lo salvó su
brazo” (Isaías 59:16), y “su brazo señoreará” (Isaías
40:10). Isaías 53:1-2 describe al Mesías como la revelación
del brazo de Jehová. Por lo tanto, Jesús el Salvador
no es otro Dios, sino una extensión de Jehová en
carne humana para traer salvación al mundo.
5. Isaías profetizó que la gloria de Jehová se manifestaría
a toda carne (Isaías 40:5). Ya que Jehová dijo que El
no daría Su gloria a otro (Isaías 42:8; 48:11), sabemos
que El solamente podría cumplir esta profecía por revelarse
a Sí mismo. Desde luego, encontramos en el Nuevo
Testamento que Jesús tenía la gloria del Padre (Juan 1:14;
17:5). El es el Señor de gloria (I Corintios 2:8). Cuando
Jesús venga, El vendrá en la gloria del Padre (Mateo
16:27; Marcos 8:38). Ya que Jesús tiene la gloria de
Jehová, El tiene que ser Jehová.
6. Jehová dijo, “Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre
por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo,
he aquí estaré presente” (Isaías 52:6). Pero sabemos que
Jesús es el que declaró al Padre, manifestó el nombre del
Padre, y declaró el nombre del Padre (Juan 1:18; 17:6;
17:26). Jesús declaró el nombre de Jehová (Salmo 22:22;
Hebreos 2:12). Entonces, El tiene que ser Jehová.
7. Jehová dijo, “Que a mí se doblará toda rodilla, y
jurará toda lengua” (Isaías 45:23). Pablo citó este versículo
de la Escritura para probar que todos comparecerán
73
ante el tribunal de Cristo (Romanos 14:10-11). Pablo
también escribió, “para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla” (Filipenses 2:10).
8. Zacarías ofrece evidencia convencedora de que
Jesús es Jehová. En el pasaje que empieza con Zacarías
11:4, “Jehová mi Dios” dijo, “Y pesaron por mi salario
treinta piezas de plata.” En Zacarías 12:10 Jehová
declaró, “Y mirarán a mí a quien traspasaron.” Por
supuesto, era Jesús quien fue vendido por treinta piezas
de plata y quien fue traspasado (Mateo 26:14-16; Juan
19:34). Zacarías 12:8 referente al Mesías, “y la casa de
David como Dios.” Zacarías también escribió, “vendrá
Jehová mi Dios, y con él todos los santos” y Lo describe
batallando contra muchas naciones y poniendo Su pie
sobre el monte de los Olivos (Zacarías 14:3-5). Por
supuesto, sabemos que Jesús es Aquel que volverá al
monte de los Olivos como el Rey de reyes y Señor de
señores para hacer guerra contra las naciones (Hechos
1:9-12; I Timoteo 6:14-16; Apocalipsis 19:11-16).
9. Cuando Pablo, el judío educado, el fariseo de
fariseos, el perseguidor fanático de la Cristiandad, fue
cegado sobre el camino a Damasco por una luz resplandeciente
de Dios, él preguntó, “¿Quién eres, Señor?”
Como un judío, él sabía que había un solo Dios y Señor, y
estaba preguntando, “¿Quien eres, Jehová?” El Señor contestó,
“Yo soy Jesús” (Hechos 9:5).
10. Aunque que Moisés trataba con Jehová Dios,
Hebreos 11:26 dice que Moses estimó el vituperio de
Cristo como mayor riqueza que los tesoros de Egipto.
Entonces el Dios de Moisés era Jesucristo.
11. El Salmo 68:18 retrata una escena en la que
Jehová sube a lo alto y lleva cautiva a la cautividad, pero
sabemos que Jesús ascendió y cautivó la cautividad.
Actualmente, Efesios 4:7-10 aplica esta profecía a Jesús.
12. Apocalipsis 22:6 dice, “Y el Señor, el Dios de los
74
espíritus de los profetas, ha enviado su ángel” a Juan,
pero el versículo 16 dice, “Yo Jesús he enviado mi ángel
para daros testimonio.”
Hay aún otros muchos pasajes de la Escritura que le
identifícan a Jesús con el único Jehová Dios. A seguir
hay una lista de versículos que describen a Jehová en
ciertas maneras emparejados con versículos que
describen a Jesús de la misma manera. Entonces, estos
versículos de la Escritura todos comprueban que Jesús
es Jehová.
Jesús es Jehová (I)
Jehová Jesús
Título Escritura Título Escritura
1. Todopoderoso Génesis 17:1 Todopoderoso Apocalipsis 1:8.
2. YO SOY Exodo 3:14-16 Yo soy Juan 8:58.
3. Roca Salmo 18:2; 28:1 Roca I Corintios 10:4.
4. Pastor Salmo 23:1; Buen Juan 10:11
Isaías 40:10-11 Pastor, Hebreos 13:20;
Gran Pastor, I Pedro 5:4
El Príncipe
de los pastores
5. El Rey de gloria Salmo 24:7-10 El Señor I Corintios 2:8
de gloria
6. Luz Salmo 27:1; Luz Juan 1:4-9;
Isaías 60:19 Juan 8:12;
Apocalipsis 21:23
7. Salvación Salmo 27:1; Unica Hechos 4:10-12
Isaías 12:2 Salvación
8. Señor de señores Salmo 136:3 Señor de Apocalipsis 19:16
señores
9. El Santo Isaías 12:6 El Santo Hechos 2:27
10. Dador de la ley Isaías 33:22 Testador del Hebreos 9:14-17
primer
testamento
(la Ley)
11. Juez Isaías 33:22 Juez Miqueas 5:1;
Hechos 10:42
75
12. Primero y Postrero Isaías 41:4; Alfa y Omega, Apocalipsis 1:8;
44:6; 48:12 Principio y Fin, 22:13
Primero y
Postrero
13. Unico Salvador Isaías 43:11; Salvador Tito 2:13; 3:6
45:21; 60:16
14. Dador de Agua Isaías 44:3; 55:1 Dador de Agua Juan 4:10-14;
Viva Espiritual 7:38-39.
15. El rey de Israel Isaías 44:6 El rey de Israel, Juan 1:49;
Rey de reyes Apocalipsis 19:16
16. Unico Creador Isaías 44:24; Creador de Juan 1:3;
45:8; 48:13 Todo Colosenses 1:16;
Hebreos 1:10
17. Unico Dios Justo Isaías 45:21 El Justo Hechos 7:52
18. Redentor Isaías 54:5; Redentor Gálatas 3:13;
60:16 Apocalipsis 5:9
Jesús es Jehová (II)
Nombre Jesús es nuestro Escritura
(a):
1. Jehová-jire (proveedor) Proveedor Hebreos 10:10-12
(del sacrificio)
2. Jehová-rafa (sanador) Sanador Santiago 5:14-15
3. Jehová-nisi (victoria) Victoria I Corintios 15:57
4. Jehová-m’kades Santificador Efesios 5:26
(santificador)
5. Jehová-salom (paz) Paz Juan 14:27
6. Jehová-sabaot El Señor de los
(Jehová de los Ejércitos Santiago 5:4-7
Ejércitos)
7. Jehová-elyón (altísimo) Altísimo Lucas 1:32, 76, 78
8. Jehová-raa (pastor) Pastor Juan 10:11
9. Jehová-oseenu (hacedor) Hacedor Juan 1:3
10. Jehová-sidkenu(justicia) Justicia I Corintios 1:30
11. Jehová-sama (presente) El Siempre Mateo 28:20
Presente
Las listas arriba no son exhaustivas, pero son más
que adecuadas para comprobar que Jesús es Jehová. Hay
un solo Jehová (Deuteronomio 6:4), entonces esto significa
que Jesús es el unico Dios del Antiguo Testamento.
76
Los Judíos Entendieron Que
Jesús Afirmó ser Dios
Los judíos no comprendían cómo Dios podría venir en
carne. Ellos no le comprendieron a Jesús en una ocasión
cuando El les dijo que El era el Padre (Juan 8:19-27). Sin
embargo, en muchas otras ocasiones ellos comprendieron
Su pretensión de ser Dios. Una vez cuando
Jesús sanó un hombre en el sábado y acreditó el trabajo a
Su Padre, los judíos buscaron matarle—no solamente
porque El había violado el sábado sino porque dijo que
Dios era Su Padre, haciéndose así igual a Dios (Juan 5:17-
18). En otro tiempo Jesús dijo que Abraham se gozó de
que había de ver Su día. Cuando los judíos preguntaron
cómo podría ser esto, Jesús contestó, “Antes que Abraham
fuese, yo soy.” Los judíos inmediatamente
reconocieron que El afirmaba ser YO SOY—el nombre
por el cual Jehová se había identificado a Sí mismo en
Exodo 3:14—entonces ellos recogieron piedras para
matarle por la blasfemia (Juan 8:56-59).
Cuando Jesús dijo, “Yo y el Padre uno somos,” los
judíos buscaron apedrearle por la blasfemia, porque El
siendo un hombre se hizo a Sí mismo Dios Padre (Juan
10:30-33). Ellos buscaron matarle cuando El dijo que el
Padre estaba en El, nuevamente porque El afirmaba ser el
Padre (Juan 10:38-39).
Cuando Jesús perdonó los pecados de un hombre paralítico,
los judíos pensaron que El había blasfemado
porque ellos sabían que solamente Dios podía perdonar el
pecado (Isaías 43:25). Jesús, conociendo sus pensamientos,
sanó al hombre; demostrando así Su poder divino y
comprobando Su deidad (Lucas 5:20-26). Los judíos
tuvieron razón en creer que había un solo Dios, en creer
que solo Dios puede perdonar el pecado, y en comprender
que Jesús afirmó ser el único Dios (el Padre y
77
Jehová). Ellos estaban equivocados únicamente porque
rehusaron creer la pretensión de Jesús.
Es asombroso que algunos hoy en día no solamente
rechazan la afirmación del Señor de Su verdadera identidad,
sino que faltan también en darse cuenta de qué fue lo
que El afirmó. Aun los adversarios judíos de Jesús se
dieron cuenta de que Jesús afirmó ser Dios, el Padre, y
Jehová, pero algunos hoy no pueden ver lo que las Escrituras
tan simplemente declaran.
Jesús es Aquel que está en el Trono
Hay un trono en el cielo y Uno sentado sobre él. Juan
describió esto en Apocalipsis 4:2: “Y al instante yo estaba
en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y
en el trono, uno sentado.” Sin duda este “Uno” es Dios
porque los veinticuatro ancianos alrededor del trono se
refieren a El como “Santo, santo, santo es el Señor Dios
Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir”
(Apocalipsis 4:8). Cuando comparamos esto con Apocalipsis
1:5-18, descubrimos una similitud notable en la descripción
de Jesús y Aquel que está sentado sobre el trono. “Yo
soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que
es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis
1:8). Los versículos 5-7 hacen claro que Jesús es el que
está hablando en el versículo 8. Además, Jesús es claramente
el tema de Apocalipsis 1:11-18. En el versículo 11,
Jesús se identificó como el Alfa y la Omega, el primero y el
último. En los versículos 17-18 Jesús dijo, “Yo soy el
primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he
aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las
llaves de la muerte y del Hades.” Empezando desde el
primer capítulo de Apocalipsis, por lo tanto, nosotros hallamos
que Jesús es el Señor, el Omnipotente, y el que es, y
que era, y que ha de venir. Ya que los mismos títulos y términos

78
descriptivos se aplican a Jesús y a Aquel que está
sentado sobre el trono, es evidente que el que está sobre el
trono es nadie menos que Jesucristo.
Hay apoyo adicional para esta conclusión. Apocalipsis
4:11 nos dice que el que está sobre el trono es el Creador,
y nosotros sabemos que Jesús es el Creador (Juan 1:3;
Colosenses 1:16). Además, El que está sobre el trono es
digno de recibir gloria, honra, y poder (Apocalipsis 4:11);
nosotros leemos que el Cordero que fue inmolado (Jesús)
es digno de recibir el poder, riquezas, sabiduría, fortaleza,
honra, gloria, y alabanza (Apocalipsis 5:12). Apocalipsis
20:11-12 nos cuenta que el que está sobre el trono es el
Juez, y sabemos que Jesús es el Juez de todo (Juan 5:22,
27; Romanos 2:16; 14:10-11). Concluimos que Jesús
tiene que ser el que está sobre el trono en Apocalipsis 4.
Apocalipsis 22:3-4 habla del trono de Dios y del
Cordero. Estos versículos hablan de un trono, un rostro, y
un nombre. Por lo tanto, Dios y el Cordero deben ser un Ser
que tiene un rostro (cara) y un nombre y uno que se sienta
sobre un trono. La única persona quien es ambos Dios y el
Cordero es Jesucristo. (Para discusión del Anciano de Días
en Daniel 7 véase el Capítulo VII. Para discusión del
Cordero en Apocalipsis 5 véase el Capítulo IX.) En
resumen, el Libro de Apocalipsis nos dice que cuando lleguemos
al cielo veremos solamente a Jesús sobre el trono.
Jesús es la única manifestación visible de Dios que jamás
veremos en el cielo.
La Revelación de Jesucristo
El Libro de Apocalipsis contiene muchas otras
declaraciones poderosas concernientes a la deidad de
Jesús. El propósito de Dios en inspirar a Juan a escribir el
libro era para dar a conocer o revelar a Jesucristo, no
meramente para revelar sucesos futuros. Actualmente,
79
todas las escrituras de Juan fuertemente enfatizan la unicidad
de Dios, la deidad de Cristo, y la naturaleza dual de
Cristo. Juan escribió el Evangelio según Juan para que
nosotros creyéramos que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios
(Juan 20:31). El aceptarle a Jesús como el Hijo de Dios
significa aceptarle como Dios, porque el título “el Hijo de
Dios” simplemente significa Dios manifestado en carne.
(Véase el Capítulo V para discusión adicional.) Juan le
identificó a Jesús como Dios, el Verbo, el Padre, y Jehová
(el Yo soy). Todas las escrituras de Juan elevan la deidad
de Jesús; el Libro de Apocalipsis no es ninguna excepción.
Apocalipsis 1:1 nos dice que el libro es la revelación
de Jesucristo. El griego para revelación es apokalupsis,
del cual derivamos la palabra Apocalipsis. Significa literalmente
un descubrir o un destapar. Por cierto el libro
es una profecía de cosas por venir, pero una de las
razones principales para esta profecía es revelar a
Cristo—demostrar quien realmente es El. El estudiante
serio de la Biblia debería buscar comprender las predicciones
en el libro; pero, más importante, él debería buscar
comprender la razón por estas predicciones. El
debería buscar comprender la revelación de Jesucristo en
estos sucesos futuros.
El Libro de Apocalipsis le presenta a Jesús en ambos
Su humanidad y Su deidad. El es el Cordero inmolado por
nuestros pecados pero El es también el Dios Omnipotente
que está sobre el trono. A seguir hay una lista de algunas
de las maneras en las cuales el libro le presenta a Cristo.
Jesús en el Libro de Apocalipsis
Título Comentario Escritura en
Apocalipsis
1. Testigo fiel Profeta y apóstol 1:5
2. Primogénito de 1:5
los muertos
80
3. Soberano de 1:5
los reyes
4. Alfa y Omega 1:8; 11;
21:6; 22:13
5. Principio y Fin 1:8; 21:6; 22:13
6. El que es, era, 1:8; 4:8
ha de venir
7. Omnipotente 1:8; 4:8
8. Hijo del Hombre Igual que el Anciano de 1:13
Días en Daniel 7:9
9. Primero y último 1:17; 22:13
10. El que vive, estuvo 1:18
muerto, y vive por
los siglos de los
siglos
11. Posesor de los siete 3:1; 5:6
Espíritus
12. El que está sobre 4:2
el trono
13. Dios 4:8; 21:7
14. Creador 4:11
15. León de la tribu Humanidad 5:5
de Judá
16. Raíz de David Creador de David 5:5; 22:16
17. Cordero Sacrificio por el pecado 5:6
18. Redentor 5:9
19. Fiel 19:11
20. Verdadero 19:11
21. La Palabra de Dios 19:13
22. Rey de reyes 19:16
23. Señor de señores 19:16
24. Linaje de David Humanidad 22:16
25. Estrella 22:16
resplandeciente
de la mañana
Cada uno de estos títulos y papeles es una revelación
hermosa de Jesús. En conjunto, ellos presentan un retrato
de Uno quien vino en carne, murió, y resucitó pero
también Uno quien es el eterno Señor Dios Omnipotente.
El último capítulo de Apocalipsis describe a Dios y el
Cordero en el singular (Apocalipsis 22:3-4) e identifica el
81
Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, como Jesús
(Apocalipsis 22:6, 16). Estas referencias nos dicen que
Jesús es el Dios de la eternidad y que El aparecerá con Su
cuerpo humano glorificado (el Cordero) por toda la
eternidad. La gloria de Dios será la luz para la Nueva
Jerusalén mientras resplandece mediante el cuerpo glorificado
de Jesús (Apocalipsis 21:23). Estos capítulos
finales del Libro de Apocalipsis describen cómo Dios se
revelara (descubrirá) a Sí mismo en toda Su gloria a todos
para siempre. Ellos nos cuentan que Jesús es el Dios eterno
y que Jesús se revelará como Dios por toda la
eternidad. Por lo tanto, el libro es, desde luego, la revelación
de Jesucristo.
Jesús Tiene Todos los Atributos y
Las Prerrogativas de Dios
Si se necesitan más pruebas que demuestran que
Jesús es Dios, podemos comparar los atributos de Jesús
con los atributos de Dios. Al hacer esto hallaremos que
Jesús posee todo los atributos y prerrogativas de Dios,
particularmente aquellos que solamente pueden
pertenecerle a Dios. En Su humanidad, Jesús es visible,
restringido al cuerpo físico, débil, imperfecto en poder,
etcétera. En Su naturaleza divina, sin embargo, Jesús es
un Espíritu; porque Romanos 8:9 habla del Espíritu de
Cristo. En Su divinidad, Jesús era y es omnipresente.
Por ejemplo, en Juan 3:13 Jesús hizo referencia al “Hijo
de Hombre, que ésta en el cielo” aunque El todavía estaba
sobre la tierra. Su omnipresencia explica por qué El
podía decir en el tiempo presente mientras estaba sobre
la tierra, “Donde están dos o tres congregados en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20).
En otras palabras, mientras la plenitud del carácter de
Dios estaba localizada en el cuerpo humano de Jesús, el
82
Espíritu omnipresente de Jesús no podía ser así
restringido. Aunque Jesús caminó sobre esta tierra
como un hombre, Su Espíritu todavía estaba en todo
lugar a la vez.
Jesús es también omnisciente; pues El podía leer los
pensamientos (Marcos 2:6-12). El le conoció a Natanael
antes de encontrarlo (Juan 1:47-50). El sabe todas las
cosas (Juan 21:17), y toda sabiduría y conocimiento
están escondidos en El (Colosenses 2:3).
Jesús es omnipotente; El tiene todo poder, es la
cabeza de todo principado y potestad, y es el
Todopoderoso (Mateo 28:18; Colosenses 2:10; Apocalipsis
1:8).
Jesús es inmutable y inalterable (Hebreos 13:8). El
es también eterno e inmortal (Hebreos 1:8-12; Apocalipsis
1:8, 18).
Solamente Dios debe recibir la adoración (Éxodo
20:1-5; 34:14), pero Jesús recibió adoración en muchas
ocasiones y recibirá adoración de toda la creación (Lucas
24:52; Filipenses 2:10; Hebreos 1:6). Solo Dios puede
perdonar el pecado (Isaías 43:25), pero Jesús tiene poder
para perdonar el pecado (Marcos 2:5). Dios recibe los
espíritus de los hombres (Eclesiastés 12:7), pero Jesús
recibió el espíritu de Esteban (Hechos 7:59). Dios es el
preparador del cielo (Hebreos 11:10), pero Jesús es el
preparador del cielo (Juan 14:3). Por lo tanto, hallamos
que Jesús tiene todo los atributos y prerrogativas que
pertenecen a Dios solamente.
Además, Jesús exhibe todas las otras características
que Dios tiene. Por ejemplo, mientras estaba sobre la tierra
Jesús demostró emociones santas tal como regocijo, compasión,
y tristeza (Lucas 10:21; Marcos 6:34; Juan 11:35).
La Biblia también testifica que El tiene los atributos
morales de Dios. A seguir hay una lista de algunos atributos
morales de Jesús que corresponden a los de Dios.
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Jesús Tiene la Naturaleza Moral de Dios
1. amor Efesios 5:25
2. luz Juan 1:3-9
3. santidad Lucas 1:35
4. misericordia Hebreos 2:17
5. ternura II Corintios 10:1
6. rectitud II Timoteo 4:8
7. bondad Mateo 19:16
8. perfección Efesios 4:13
9. justicia Hechos 3:14
10. fidelidad Apocalipsis 19:11
11. verdad Juan 14:6
12. gracia Juan 1:16-17
Conclusión
Jesús es todo lo que la Biblia dice que es Dios; El
tiene todo los atributos, prerrogativas, y características de
Dios mismo. Para expresarlo sencillamente, Jesús es todo
lo que es Dios. Jesús es el único Dios. No hay mejor manera
de resumirlo todo que decir juntamente con el inspirado
Apóstol Pablo, “Porque en él habita corporalmente
toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos
en él” (Colosenses 2:9-10).
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NOTAS
CAPITULO IV
1John Miller, Is God a Trinity? (1922; rpt. Hazelwood, Mo.: Word
Aflame Press, 1975), p. 85.
2Flanders y Cresson, p. 511.
3Otto Heick, A History of Christian Thought (Filadelfia: Fortress
Press, 1965), I, 31-32, 59-63.
4Noviembre 1980, Jerusalén, Israel.

jueves, 2 de septiembre de 2010

ERES UN GRAN TESORO PARA DIOS...EL ES TU CAPITAN ...

DEUTERONOMIO 30:15 AL 20 MIRA YO HE PUESTO DELANTE DE TI HOY LA VIDA Y EL BIEN.


TIENE ALGUNA DIRECCION TU VIDA?
CUAL ES TU META?


NO ERES UN OBJETO INANIMADO
NO ERES UN CUERPO CELESTE
NO ERES UN ANIMALITO

ERES LA MAXIMA CREACION DE DIOS. EL SER MAS INTELIGENTE Y SABIO QUE DIOS PUSO SOBRE LA FAZ DE LA TIERRA. Y SOBRE TODO ERES HIJO DE DIOS, DEBES ANDAR EN ARMONIA CON EL

TU VIDA DEBER SER COMO LA LUZ DE LA AURORA QUE VA EN AUMENTO, HASTA QUE EL DIA SE HACE PERFECTO.

ESO SIGNIFICA QUE DEBES TENER BIEN CLARA UNA META, A UNA REALIZACION MAXIMA.

SOMOS SERES VIVOS, LO MAS VALIOSO DEL SISTEMA COSMICO. NO HAY EVIDENCIA REAL DE
QUE EXISTAN OTROS SERES SEMEJANTES A NOS. SOLO HAY HIPOTESIS, PRESUNCIONES, MERAS ESPECULACIONES, PENSAMIENTOS, NO HAY NADA REAL......PERO TU VIDA ES LO MAS VALIOSO QUE CUALQUIER OTRA COSA.

Y QUE RUMBO TIENE TU VIDA......NOS PREGUNTA EL SEÑOR A TI Y A MI....

SOMOS COMO UN GRAN BARCO, CON UNA DIRECCION......RUMBO A PUERTO SEGURO..... ES TU PUERTO REALMENTE SEGURO....??????

VAS CORRECTAMENTE GUIDADO POR LOS INSTRUMENTOS DE NAVEGACION DE TU BARCO.
TIENES BUENA BRUJULA, BUEN RADIO, UNA BUENA BITACORA.....EN TU RUMBO POR LOS MARES INTEMPETUOSOS Y PELIGROSOS.

TU VIDA Y LA MIA, DEBEN SER GUIDADOS POR UN BUEN SENTIDO DE ORIENTACION. O NO TIENEN SENTIDO NUESTRAS VIDAS, VAMOS PR ELLA SIN DARLE IMPORTANCIA, INDIFERENTES A TODO. HOY NOS DICE EL SEÑOR ...... QUE HA PUESTO DELANTE DE NOSOTROS LA VIDA Y EL BIEN Y
PARA ELLO DEBEMOS OBEDECER FIELMENTE SU VOZ, QUE NOS PIDE QUE LE AMEMOS,QUE NO NOS OLVIDEMOS DE SUS CAMINOS, SINO QUE ANDEMOS EN EL, GUARDANTO NO SOLO SUS MANDAMIENTOS SINO TAMBIEN SUS ESTATUTOS Y DECRETOS. PARA QUE?

PARA QUE VIVAS.........Y SEAS MULTIPLICADO Y EL TE BENDIGA EN LA TIERRA.

MIREMOS QUE EL MISMO DIOS PONE POR TESTIGO EL CIELO Y LA TIERRA. HOY CONTRA VOSOTROS, DICE SU PALABRA ETERNA, QUE OS HE PUESTO LA VIDA Y LA MUERTE, LA BENDICION Y LA MALDICION....

ESCOGE PUES LA VIDA, PARA QUE VIVAS TU Y TU DESCENDENCIA. AMANDO A TU DIOS, ATENDIENDO A SU VOZ, SIGUIENDOLE A EL, PORQUE EL ES VIDA PARA TI Y PROLONGACION A TUS DIAS....ALELUYA.

PARECE QUE A TI NO TE IMPORTARA, SABER QUE DIOS TE DOTO DE TANTA INTELIGENCIA, POR ESO EL MISMO SEÑOR DIJO.......QUE EL BUEY CONOCE A DU DUEÑO Y EL ASNO A SU SEÑOR. Y TAMBIEN DICE QUE NO SEAMOS COMO ELLOS, QUE HAN DE PONERLES BOZAL.POR QUE SINO PIERDEN SU RUMBO.

PORQUE TE DA LO MISMO UNA COSA QUE OTRA. VAS SIN RUMBO, SIN DIRECCION, SIN NORTE , SIN SUR, COMO NECIO, CUAANDO DIOS QUIERE SER TU NORTE,TU RUMBO TU PUERTO SEGURO.

LA VIDA VALE MAS QUE TODOS LOS TESOROS.
A LA VIDA HAY QUE DARLE UN SENTIDO DE ORIENTACION.
EN LA VIDA HAY QUE TRAZAR PARAMETROS.
LA VIDA HAY QUE CONSTRUIRLA.
A LA VIDA HAY QUE PONERLE CIMIENTOS.
A LA VIDA HAY QUE PPONERLE BASES FIRMES, SOLIDAS, SUFICIENTEMENTE FUERTES, PARA QUE PUEDAN SOPORTAR LA PRESION DE TU VIVIR.

CON QUE COMPARARE A ESTA GENERACION, LE DECIA EL SEÑOR A LAS GENTES DE ESE ENTONCES, PERO AUN HOY VIENE COMO ANILLO AL DEDO, LAS MISMAS RECOMENDACIONES DE EL. COMPARANDO COMO EDIFICO SU CASA , EL SABIO Y EL NECIO. UNO EN LA ARENA Y EL OTRO EN LA ROCA.

TAN IMPORTANTE ES LA VIDA, PARA DIOS, QUE EN LA VIDA DE SU SIERVO JOB, SOLO ESO SE RESERVO. Y EL DICE, QUE TODO LO QUE EL HOMBRE TENGA LO DARA POR SU VIDA....VALE MAS QUE ORO, VALE MAS QUE TODO.....ESE ES EL PUNTO.

JOB POBRE, SOLO, ENFERMO, RETUVO SU INTEGRIDAD, AUN ANTE SU MUJER NECIA.

LA COSA NO ES LO QUE YO PIENSO, LO QUE YO CREO, SINO LO QUE DICE Y PIENSA DIOS.

PIDAMOS AL SEÑOR QUE EL SAQUE DE NUESTRAS VIDAS TODO LO QUE NOS HAGA DESVIAR.

ACERCATE A DIOS, EL QUIERE SER TU GUIA.

NO SEAS FACILISTA, SE REQUIERE DE TRABAJO, EMPEÑO, DESEO, PONER EN ELLO TODOS LOS RECURSOS. SE TRATA DE TU VIDA....VALE MAS QUE TODOS LOS TESOROS. PARA QUE TU VIDA CUAL BARCO SIN TIMON NO VAYA A DAR CONTRA ARRECIFES, CONTRA BANCOS DE ARENA, CONTRA ROCAS, LAS PROBABILIDADES DE SALVACION SERIAN DESASTROSAS.

QUE TU VIDA SE ENDERECE, QUE TU VIDA SEA CRISTO EN TODO. ESPERANZA DE GLORIA.
ES NECESARIO AGRADAR A DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES. ANTES QUE A TU PROPIA CARNE, DESEOS, PASIONES, QUE COMBATEN CONTRA EL ALMA, ANTES QUE LOS AMIGOS, EL CRISTIANO VERDADERO NO TIENE AMIGOS, SOLO CRISTO ES EL PERFECTO AMIGO.

TU MAYOR META EN LA VIDA ES SER REALMENTE UN HIJO DE DIOS, Y QUE EL SEA TU SEÑOR.

PIDELE AL SEÑOR QUE EL EXAMINE Y ESCRUDRIÑE, TE PRUEBE, Y QUE EL TE GUIE EN EL CAMINO ETERNO, COMO LO HIZO EL SALMISTA DAVID.

MIRA A CRISTO, SIGUE A CRISTO, SIRVE A CRISTO. VALE LA PENA SERVIRLE A EL....


CON TODO MI AMOR...... BETSABE OROZCO http://www.facebook.com/colmven#!/group.php?gid=235155967631&v=info